Sánchez saca adelante sus tres últimos decretos con la ausencia de ERC y Vox debido a Cataluña

La Diputación Permanente del Congreso ha convalidado este martes los tres últimos reales decretos ley que aprobará el Gobierno antes del 10-N en una sesión que ha estado claramente dominada por la situación en Cataluña. De hecho, por diferentes motivos, los disturbios de los últimos días han provocado que la votación no haya contado con los diputados de Vox, que se han marchado cuando su portavoz, Macarena Olona, ha sido expulsada. Tampoco con los de ERC, puesto que Gabriel Rufián y Carolina Telechea han optado por no acudir a la reunión en protesta porque no se ha permitido en ella una discusión sobre la situación que ha dejado la sentencia contra el procés.

Por lo que respecta al orden del día de la sesión, puede decirse que el Gobierno ha conseguido casi totalmente sus objetivos. Aunque los grupos -PP y Ciudadanos sobre todo- han criticado que los decretos llegaban “tarde”, sospechosamente cerca de las elecciones, que eran “insuficentes” y “electoralistas”, las ayudas por la DANA, las entregas a cuenta a las comunidades de más de 4.600 millones y las ayudas para el sector turístico por la quiebra de Thomas Cook han obtenido el visto bueno del Congreso, de manera que seguirán en vigor.

Sin embargo, la victoria del Ejecutivo no ha sido total, porque el decreto sobre Thomas Cook, que ha defendido este martes la ministra de Industria, Reyes Maroto, tendrá que ser tramitado como proyecto de ley por procedimiento de urgencia después de que PP, Cs y Unidas Podemos se hayan unido para obligar a ello. No ha ocurrido lo mismo con el decreto de ayudas a la DANA, donde PP y Cs se han quedado solos pidiendo lo mismo. Este lo ha defendido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. La explicación del de las entregas a cuenta ha corrido a cargo de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que previamente había aprovechado para minimizar la carta de la Comisión Europea sobre el plan presupuestario que le envió el Gobierno la semana pasada.

Además de una llamativa unión entre Unidas Podemos y PP y Cs contra el Gobierno, la tramitación de urgencia del decreto de Thomas Cook encierra otra batalla política, además del intento del PP de mejorar las ayudas a las empresas hoteleras y de Podemos, de incrementarlas a otros trabajadores por cuenta propia. Por una parte, el PSOE mantiene que no dará tiempo antes de que empiece la próxima legislatura tras el 10-N y dudan de que vaya a haber otra reunión de la Diputación Permanente. En Podemos aseguran que sí da tiempo y que es cuestión de “voluntad política”, dado que el trámite en el Senado se podría hacer en un solo día si los socialistas quieren porque allí tienen mayoría absoluta.

Situación en Cataluña

En todo caso, la atención de la sesión no ha estado centrada en los decretos, sino en la situación de Cataluña, a la que la Diputación Permanente del Congreso ha asistido “como la orquesta del Titanic, como si no pasara nada”, según le ha dicho el diputado de Ciudadanos Joan Mesquida a Grande-Marlaska en respuesta a su exposición sobre las ayudas por la DANA. “Estamos viendo la mayor crisis de orden público en décadas y tenemos que dar impresión de que esto es la orquesta del Titanic, que no pasa nada”, ha dicho, antes de ser reconducido por la Mesa de la Diputación para que se atuviera al tema.

No es la primera vez que ha intervenido la presidencia de la Diputación Permanente. Antes casi de empezar la sesión, la presidenta el Congreso, Meritxell Batet, ha llamado tres veces al orden a la diputada de Vox, Macarena Olona, a la que ha terminado expulsando de la sala por exhubir grandes fotografías de antidisturbios heridos. Junto a ella, se han marchado los otros diputados de Vox, que fueran han denunciado que el Congreso no debata sobre Cataluña.

“Que se hable, que se pongan las fotos de agentes agredidos, de cómo se les está dando la orden de no utilizar material antidisturbios en lugar de aprobar medidas electoralistas”, ha dicho Olona, Fuentes del Congreso han precisado que, en su escrito, Vox pretendía que la Cámara pidiera al Gobierno que "declarara el estado de excepción", algo que lo que se dijo que no por dos motivos: solo la firmaba un grupo, cuando es necesitan al menos la quinta parte de en este caso la Diputación Permanente, y porque es el Gobierno quien debería pedirlo a la Cámara, y no al revés.

Este no es el único altercado que han provocado este martes los diputados. Como hicieron en mayo en la sesión constitutiva del Congreso, los diputados de Vox también han ocupado este martes un lugar que no les correspondía. En lugar de en los asientos donde el personal de la Cámara había indicado que eran para ellos, se han sentado en los de Ciudadanos, obligando a estos a sentarse en un primer momento momento en los asientos reservados al Gobierno. Después, han tenido que moverse a los de Vox para dejar esos libres.

Silencio de ERC

Pero Vox no ha sido el único partido que ha alzado esta mañana la voz sobre lo que ocurría en Cataluña. De hecho, casi todos los grupos han tenido palabras sobre lo sucedido en los últimos días, con una clamorosa excepción. ERC ha estado totalmente ausente de la sesión de la Diputación Permanente. Gabriel Rufián, su portavoz que el sábado fue abucheado en una manifestación en Barcelona, no ha aparecido por la Diputación Permanente, que ha seguido desde su despacho junto a la otra diputada de ERC miembro de este órgano, Carolina Telechea.

Fuentes de esta formación han explicado su ausencia como un acto de protesta porque, como también ha denunciado Vox, la Mesa no ha escuchado sus peticiones para votar una comparecencia urgente del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para “dar explicaciones sobre las actuaciones del Estado en relación a Catalunya en la última semana” y también porque, en general, ERC considera que no “ya es demasiado” que “por cálculos electorales” el Gobierno no quiera hablar de ello.

Esta petición también la había firmado JxCAT, cuya portavoz, Marta Borrás, no ha perdido este martes ocasión para hablar de Cataluña en cada intervención en la Diputación Permanente, donde ha votado a favor de los reales decretos ley del Gobierno. A diferencia de Rufián, Borrás sí ha hablado, para criticar a Sánchez por no querer reunirse con Torra. Sobre una de sus tres condiciones para hablar con él, que condene la violencia, ha recordado que el presidente “no ha condenado la violencia del 1-O”.

No ha sido la única que ha opinado acerca de si Sánchez y Torra deberían hablar. “No lo entiendo”, ha afirmado el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que ha aconsejado “salvar la institución” y ha apuntado que hablar “es una obligación” a pesar de que la situación actual en Cataluña y la campaña electoral no apuntan a que ninguno de los dos vaya a convencer al otro. Para el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, “no pasa nada por sentarse a dialogar” y ha rechazado “buscar motivos para no sentarse”.

Según la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, Sánchez y Torra no hacen más que escenificar un “paripé” con sus respectivas llamadas y negativas. “Están haciendo un paripé de no cogerse el teléfono, si gobiernan juntos la Diputación de Barcelona”.

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