Macarena Ricardi señaló que está "esperando para verlo", ya que ella no pudo viajar hasta Salamanca, desde donde el padre se dirige ya "en coche" hasta El Puerto de Santa María.
Asimismo, manifestó que había podido hablar "un poco" con él una vez que salió de la cárcel y afirmó que el padre le había dicho que estaba "contento" y que se iban a ver "en un poquito".
Rafael Ricardi recuperó esta tarde la libertad tras abandonar el Centro Penitenciario de Topas (Salamanca), cuyas instalaciones dejó tras de sí sobre las 15:20 horas acompañado de su abogada.
Sólo su abogada y la prensa le esperaban
El excarcelado, con gesto cansado, barba de varios días y pelo muy canoso que le hacían parecer mayor de los 48 años con que cuenta actualmente, vestía camiseta negra, pantalones piratas de color azul y calzado deportivo y, nervioso, apenas hizo declaraciones a los medios de comunicación, tan sólo para asentir que ahora sí se sentía ya libre, tras serle concedido el tercer grado penitenciario.
La única persona que acudió a recogerle para trasladarse en su coche hasta El Puerto de Santa María, de la que es natural, fue su abogada, ya que su hija no pudo hacerlo por encontrarse aún convaleciente de una operación de peritonitis.
Por su parte la letrada que le representa aprovechó para agradecer la colaboración prestada en los últimos meses por los medios de comunicación y expresó su deseo de esperar ahora a que sea el Tribunal Supremo el que revoque la condena de 36 años que en su día se le impuso a su patrocinado como autor de una violación ocurrida en 1995 que no cometió.
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