Ayer fue un día para mirar al cielo. Y no precisamente para saber si llovía o no. Miles de vigueses se agolparon en la playa de Samil y en sus alrededores, así como en los arenales próximos, para contemplar cómo en el cielo se pintaban colores y los aviones pilotados por los mejores profesionales hacían piruetas sobre lo más alto.

Por primera vez participó en este festival aéreo el B-1 Lancer USAF, un avión que nunca antes había participado en un evento de este tipo y que no dejó a nadie indiferente.

En total fueron 42 los aparatos que rugieron sobre el cielo de la ría de Vigo, entre los que se encontraba la Patrulla Águila, varios acrobáticos, un Eurofighter y un F-18.

Alineados como si de un auténtico ejército del aire se tratase, los aviones hicieron imposibles piruetas sobre el cielo, rotaron sobre sí mismos y no perdieron el ritmo de todo el grupo.

Los vigueses, encantados con la sesión playera, ya están esperando al próximo año para poder contemplar de nuevo el espectáculo.

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