Las descargas ilegales de Internet no sólo están afectando a los grupos de música, discográficas o grandes productoras de cine. Uno de los sectores más perjudicados por la piratería es el de los videoclubes.

A esto se ha unido las múltiples ofertas de venta de películas a bajo precio. Con todo ello, en Vizcaya, hasta un 30% de los negocios de alquiler de películas se han visto obligados a bajar las persianas y cerrar definitivamente.

«La situación es muy preocupante, vemos muy complicado aguantar el tipo», señalan en la Asociación de Videoclubes de Vizcaya, Avicovi, que hace unos cinco años agrupaba a unos 150 negocios en el territorio vizcaíno.

No obstante, los videoclubes vizcaínos buscan otras formas de campear el temporal y de llamar la atención de la clientela. Por eso no es extraño ver videoclubes convertidos casi en tiendas de ultramarinos. «Ya no queda ningún videoclub puro, que sólo alquile películas; el que no vende chucherías, vende juguetes, películas de segunda mano...», explica Juan José Cruz, de Canal Vídeo, en Arrigorriaga.

En la cabeza de la piratería

Los empresarios de videoclubes vizcaínos lo tienen complicado, pero no sólo ellos. El problema de estos negocios es común en todas las comunidades españolas. No obstante, España es el tercero del mundo con mayor piratería, detrás de China y Brasil.

Eso teniendo en cuenta la gran diferencia de población entre estos dos países y el Estado. Así, los consumidores de cine han dejado de pasar por taquilla y por el mostrador. «Si para las distribuidoras y productoras de cine es complicado el tema, imagina para los videoclubes. Los piratas de la Red se bajan las películas que están en el cine, ¡cómo van a alquilar!», denuncian en Avicovi.

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