En las costas cántabras no se ha producido hasta el momento ningún incidente por este motivo, aunque se han avistado diversos ejemplares de esta especie en distintos puntos de la costa cantábrica, concretamente entre las localidades de Llanes (Asturias) y San Sebastián, por lo que técnicos de las direcciones generales de Biodiversidad y Protección Civil continúan inspeccionando el litoral cántabro.
De este modo, se reduce la recomendación en las playas de Oyambre, San Vicente de la Barquera y alrededores, donde ayer se aconsejaba la prohibición total del baño, aunque se mantiene la amarilla para el conjunto de las playas de Cantabria, tal y como recoge El Faro de Cantabria.
Inflamación y quemaduras
La Dirección General de Protección Civil espera que el cambio de tiempo previsto para mañana aleje a la especie de la costa. Aunque su picadura se traduce, en la mayoría de los casos, en una inflamación con dolor de distinta intensidad y quemaduras de cierta consideración, esta especie representa un riesgo potencial para aquellas personas que sean sensibles a su toxina.
La especie es fácilmente identificable por su flotador púrpura o plateado con matices rojos. Pueden alcanzar los treinta centímetros de tamaño, longitud que, en el caso de sus tentáculos, puede ser de varias decenas de metros. Son ejemplares que aparecen con relativa frecuencia en las costas del mar cantábrico arrastradas por el viento.
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