No exprimen el limón. Cuando las txosnas cierran, aún queda mucho jugo. Vaya que sí. La normativa permite a las txosnas abrir hasta las 8.00 horas en las fiestas patronales. Pero dicha ley del Gobierno vasco da a los ayuntamientos la posibilidad de rebajar el horario a su antojo. Y éstos no dudan en obligar a echar la persiana más pronto de lo que el público quisiera.

Es lo que está ocurriendo en los primeros compases de las fiestas de verano. El pasado fin de semana, Leioa cerró para las 5.00 horas. Gorliz suele apagar a partir de las 3.00 h y Getxo dio toque de queda a las 4.30 h el pasado año. Barakaldo aguanta hasta las 5.30 h y Bilbao tiene el récord: hasta las 7.00 h.

Para el madrugador es un dislate, pero no para el parrandero, vaso en mano, viendo cómo cierran la barra ante su cara ansiosa. Y hay que añadir una cuestión: en verano la gente se congrega más tarde. No sale hasta que es oscuro, y eso es a partir de las 22.00 h. La noche pasa en un suspiro.

Y en los bares, también prórroga

De junio a septiembre, los bares pueden abrir hasta las 4.00 horas, una hora más tarde que en el resto del año. Y en fiestas patronales, tienen otras dos horas extra. O sea, que la jarana dura hasta las 6.00 horas. En caso de que el local sea grande, con pista de baile (discotecas, cafés-teatro...), el permiso llega hasta las 8.00 horas. Es una ley del Gobierno vasco, que se aplica en todos los municipios de Euskadi.

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