La cúpula militar niega haber recibido quejas sobre la seguridad del Yak-42

  • Aseguran que incluso hubo un informe favorable.
  • Han declarado hoy ante el juez Fernando Grande-Marlaska.
  • Reconocen que las inspecciones se hacían en un 20% de los aviones.
Un grupo de familiares de víctimas del accidente del Yak-42 llegan a la Audiencia Nacional. (EFE)
Un grupo de familiares de víctimas del accidente del Yak-42 llegan a la Audiencia Nacional. (EFE)
EFE
Un grupo de familiares de víctimas del accidente del Yak-42 llegan a la Audiencia Nacional. (EFE)
El máximo responsable del Ejército en el momento del accidente del Yak-42, Antonio Moreno Barberá, ha asegurado hoy al juez que "las cosas
se estaban haciendo bien" y no había motivos para dudar de la seguridad del avión, porque no sólo no se recibieron quejas sino que incluso hubo un
informe favorable.
Había volado en tres ocasiones antes del accidente y no hubo ningún parte relativo a la seguridad

El que fuera Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) entre 2000 y 2004 ha declarado ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska en relación con las presuntas deficiencias en la contratación del avión que se estrelló en Trebisonda (Turquía) el 23 de mayo de 2003, con 62 militares a bordo, una causa en la que está acusado junto a otros cuatro altos mandos militares de un delito de imprudencia grave con resultado de muerte.

A él en concreto, que era el máximo responsable de las misiones militares en el exterior, los familiares de los 62 militares fallecidos le responsabilizan de no haber hecho nada a pesar de conocer las quejas sobre el mal estado de los aviones que se utilizaban en estas operaciones.

Según su abogado Joaquín Rodríguez, el militar, que ha comparecido durante más de una hora ante el juez, ha asegurado que "no había motivo alguno para dudar de la seguridad del avión" porque había volado en tres ocasiones antes del accidente y "no hubo ningún parte relativo a la seguridad", sino un informe "favorable" sobre uno de los viajes que hizo. "Ha quedado perfectamente claro -ha añadido- que ni al JEMAD ni al jefe del Estado Mayor Conjunto (JEMACON) llegó queja alguna referida a la seguridad antes del accidente".

Tras Moreno, Grande-Marlaska ha interrogado durante una hora al ex JEMACON Juan Luis Ibarreta, que inició los contratos con la agencia de la OTAN NAMSA para el alquiler de las aeronaves que trasladaban a las tropas, y quien ha subrayado que "volverían a actuar igual", incluido el mismo sistema de vuelos "que se venía haciendo".

Inspecciones 'suaves'

También ha dicho al juez, de acuerdo con los abogados de las familias de los fallecidos Leopoldo Torres y Leopoldo Gay, que se optó por realizar los vuelos a través de NAMSA en lugar de recurrir a la Ley de Contratación del Estado porque ofrecía "flexibilidad" y asumía "un riesgo y una responsabilidad" que ninguna otra compañía comercial estaba dispuesta a correr.

Moreno ha reconocido, según la acusación particular, que las inspecciones de los aparatos que hacía su departamento eran "suaves", es decir, operativas y no técnicas, y se hacían en un 20 por ciento de los aviones. Sin embargo, ambos militares han negado haber recibido ninguna de las 14 quejas sobre deficiencias en los aviones, que, según las familias, podrían haber llegado a la cúpula militar e incluso al entonces ministro Federico Trillo.

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