El espionaje británico consideró en 2004 que uno de los supuestos suicidas del 7-J no era una amenaza

El servicio de contraespionaje británico MI5 consideró el año pasado que Mohammad Sidique Khan, uno de los cuatro supuestos autores de los atentados de Londres del pasado día 7, no suponía "una amenaza", informó The Sunday Times.

En una operación de rutina sobre posibles amenazas terroristas en el Reino Unido, Khan, de 30 años y nacionalidad británica, fue objeto de la atención del MI5, después de que su nombre apareciera durante una investigación en 2004.

Sin embargo, los servicios de inteligencia decidieron no someter al individuo a ningún tipo de vigilancia, según el rotativo.

Khan, que residía en el área de Leeds, al norte de Inglaterra, se suicidó supuestamente en el atentado contra un tren de metro cerca de la estación de Edgware Road, matando al menos a siete personas, según la Policía.

Sin embargo, el MI5 no fue capaz de detectar esos planes cuando investigó al individuo de origen paquistaní. La investigación del servicio de contraespionaje estaba relacionada con un supuesto plan para hacer explotar un camión bomba delante de una discoteca del popular barrio londinense del Soho.

Según The Sunday Times, el MI5 descubrió en 2004 que Khan había visitado una vivienda frecuentada por un hombre que había estado en contacto, a su vez, con uno de los sospechosos de planear ese atentado.

Sin embargo, los investigadores estimaron que Khan sólo

tenía un "vínculo indirecto" con los instigadores de ese ataque y dejaron de interesarse por él. Paralelamente, un presunto terrorista detenido en Estados Unidos y relacionado con la red Al Qaeda ha reconocido a Kahn, informala prensa británica.

Mohammed Junaid Babar, de 29 años, identificó a Khan entre las fotografías que le mostraron los investigadores de EEUU sobre los cuatro terroristas suicidas que perpetraron los ataques contra el transporte público de la capital británica.

El detenido, un estadounidense de origen paquistaní y experto en informática, fue arrestado en Estados Unidos a su vuelta de una "cumbre terrorista" en Pakistán en 2004.

Ante la Policía, Babar ha admitido haber participado en planes fallidos para atentar contra restaurantes, bares y estaciones de tren del Reino Unido y es un informador valioso sobre las operaciones de Al Qaeda en el mundo.

Otro de los supuestos terroristas suicidas del 7-J, Germaine Lindsay, también

habría estado vinculado con varios sospechosos de terrorismo en Nueva Jersey (EEUU) y podría encontrarse en una lista de "vigilancia" de los servicios secretos de ese país.

De confirmarse esos vínculos, se desplomaría la hipótesis hasta ahora vigente de que los autores de los atentados de Londres, que causaron al menos 55 muertos y 700 heridos, eran individuos que nunca antes habían participado en acciones relacionadas con Al Qaeda.

Por ahora, los investigadores buscan a un quinto hombre, el "cerebro" de los atentados, que habría reclutado a los jóvenes terroristas, cuyas edades estaban comprendidas entre los 18 y los 30 años.

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