En la capital hay obras que nunca terminan. En concreto, dos grandes socavones horadan la ciudad y ocupan unos 25.000 metros cuadrados de suelo: el doble de lo que suman las plazas de la Catedral, Porlier y la Escandalera juntas y tanto como la Losa de Vallobín ó lo mismo que 20 piscinas olímpicas .

El Vasco mide 15.000 metros cuadrados junto a la glorieta de la Cruz Roja. La acera de los números pares de la calle Víctor Chavarri lleva dos años cortada y los ovetenses sólo pueden utilizar la de los impares.

En marzo de 2006, el Ayuntamiento dio permiso a la empresa Jovellanos XXI para ocupar un trozo de vía mientras construía un aparcamiento en la parcela de la antigua estación de El Vasco, que se derribó en 1989 y desde entonces está vacía.

Las obras llevan año y medio paradas, el Ayuntamiento ha rechazado el proyecto de Santiago Calatrava de construir tres torres de 133 metros de alto y, sin embargo, la calle sigue cerrada a los peatones.

El de El Vasco es uno de los grandes socavones ‘permanentes’ de la ciudad, producto de proyectos abandonados, paralizados o demorados durante años.

Otra de las obras eternas es la del agujero de la Ería situado junto al Tartiere. Lleva tanto tiempo esperando un futuro más allá de un hueco lleno de maleza que muchos ovetenses lo conocen como el talud de La Ería.

Ni siquiera es un accidente natural del terreno, sino producto de la excavación para construir un aparcamiento.

En 2002 se anunció el traslado del Hospital Central a La Cadellada y una empresa pensó que no podría vender ni alquilar las plazas, así que dejó la obra sin hacer y además cobró una indemnización.

Una gasolinera a medio hacer

La estación de autobuses de Oviedo iba a tener una gasolinera. Se empezó a construir, pero chocó con los vecinos de Pumarín, preocupados por el peligro de miles de litros de combustible almacenados.

La polémica le costó el cargo al concejal de Urbanismo, José Agustín Cuervas-Mons (ahora diputado del PP en la Junta General) cuando el alcalde intervino y revocó la licencia, poco antes de las últimas elecciones municipales.

La cosa no ha acabado: Repsol pide 1 millón de euros de indemnización. La obra sigue ahí, a medio hacer.

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