'El sexto sentido' de Shyamalan

  • Estrena su octavo largometraje: 'El incidente'.
  • A partir de 'El sexto sentido' fue conocido como "el director de películas de miedo con finales sorpresa".
  • 'El bosque' o 'La joven del agua' fueron duramente tratadas por la crítica norteamericana.
M. Night Shyamalan y detalle del cartel de 'El incidente'.
M. Night Shyamalan y detalle del cartel de 'El incidente'.
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M. Night Shyamalan y detalle del cartel de 'El incidente'.

M. Night Shyamalan conoció un éxito espectacular con El sexto sentido , incluso con Señales. Pero en los últimos años, sobre todo en los EE.UU., la crítica y el público le ha ido apartando de su pedestal de favoritos.

Seguro que el director de origen indio recordará que también lo pasó mal Hitchcock con varias de sus películas ahora consideradas obras maestras. Por ejemplo, con la casi nula repercusión entre crítica y público que obtuvo durante su estreno Vértigo (1958), no llegando ni a amortizar los costes de producción.

Entretanto, Shyamalan se prepara, estrenando en viernes y día 13, para afrontar un nuevo reto y de paso intentar mejorar su caché con El incidente.

El giro final

El sexto sentidoLa enorme y sorprendente repercusión que obtuvo El sexto sentido (1999), provocó que inmediatamente fuera considerado como el director que hacia películas de miedo "con sorpresa final", o dándole una lectura nueva a todo lo visto hasta el momento.

Era su tercer largometraje. El primero, Praying with Anger (1992), en torno a un estudiante que regresa a la India después de pasar un tiempo en EE.UU., lo realizó con veintidós años y consiguió rodarlo en la misma India (su país natal, aunque reside en Filadelfia desde los 10 años). Fue considerada opera prima revelación del año por el American Film Institute.

Su segundo filme, Los primeros amigos (1998), también pasó desapercibido entre el público. Pero después del taquillazo de El sexto sentido, su siguiente película se esperaba con suma expectación.

El protegidoY así llegó El protegido (2000), considerada también por no pocos de sus seguidores y estudiosos como su obra maestra junto a El bosque. En ella nos presenta un peculiar superhéroe (Bruce Willis ), desconocedor de sus poderes, y a su reverso oscuro (Samuel L. Jackson ).

El protegido demostró además una cualidad que Shyamalan sigue manteniendo: el especial y acertado uso del sonido, perfectamente integrado en la acción o como recurso dramático. Emblemáticas son las secuencias iniciales en el tren y en el hospital o en la posterior transformación del protagonista.

Su predilección por los temas intimistas, pero en contextos fantásticos e inquietantes y a menudo con repercusiones a nivel mundial (que sobrepasa ese ámbito familiar o local), también ha caracterizado su lenguaje cinematográfico. Por ejemplo, mediante tomas largas (tan poco habituales en el cine comercial, con multitud de planos por minuto); o una fotografía con iluminación contrastada de tono bajo.

De lo íntimo a lo universal

El bosqueSeñales (2002), fue todo un éxito en taquilla. Y cuando parecía que Bruce Willis se había convertido en su actor fetiche, la protagonizó Mel Gibson. Y en funciones de un granjero que junto a su familia asiste a una invasión extraterrestre. Como es habitual en Shyamalan, no recurrió a vistosos efectos visuales, pero sí a elaboradas escenas al más puro estilo de Hitchcock o de Spielberg , su otro gran ídolo.

A quien ha mantenido como colaborador habitual desde El sexto sentido es al compositor James Newton-Howard. Sus bandas sonoras se acoplan a las historias, o cuentos, surgidos de la imaginación de Shyamalan con resultados extraordinarios.

Un universo, el de Shyamalan, cargado de simbolismos y poderosos referentes espirituales, también de serias advertencias en clave ecológica y plagado de espectros, alienígenas hostiles o criaturas de fantasía. Pero a partir de El bosque (2004) y La joven del agua (2006) las voces críticas aumentaron al mismo tiempo que, y aunque pueda parecer contradictorio, se incrementaba la admiración de buena parte de cinéfilos.

La joven del aguaMuchos críticos norteamericanos aún no le han perdonado que en La joven del agua osara mofarse de su profesión mediante el personaje de Harry Farber (Bob Balaban), el más antipático y engreído de toda su filmografía.

Sus detractores le acusan de efectista y guiones vacios de contenido. Sin embargo lo que no cuestiona nadie es que Shyamalan, sin duda, es un mal actor.

De pequeños cameos pasó a un papel secundario pero relevante en La joven del agua, interpretando a un escritor a punto de crear una obra que cambiará el mundo. Aquí el consenso sobre su actuación fue general.

Mucho mejor dejar este apartado en manos de intérpretes como Joaquin Phoenix , Paul Giamatti , Toni Collette o Bryce Dallas Howard. Por lo demás, es uno de los pocos cineastas actuales que trabajando desde Hollywood ha logrado la etiqueta de denominación de origen como autor. Ahora con El incidente podremos comprobar si su sexto sentido sigue agudizado y funcionando.

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