La llamada telefónica se registró sobre las 15.45 horas y, según indicó el administrador del Cabildo Catedralicio, Mario González, se trató de una falsa alarma.

Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado continúan investigando lo sucedido para identificar al anónimo que aseguró pertenecer a un comando terrorista. Tres dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía intervinieron para acordonar la zona y establecer un dispositivo de seguridad.

Además, fueron desalojados dos grupos de turistas franceses, unas 50 personas, que en ese momento se encontraban en el interior de la catedral. Les indicaron que tenían que abandonar el templo puesto que todavía no habían terminado las labores de limpieza.

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía revisaron las inmediaciones y comprobaron que no se había colocado ningún explosivo. Posteriormente, la catedral fue abierta de nuevo al público tras permanecer durante una hora cerrada.

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