"Currelas, sois cómplices de la masacre", reza una de las pintadas amenazantes que cada día ven los trabajadores del AVE vasco en las obras que se están realizando en el municipio alavés de Urbina. ETA ha puesto en su punto de mira al tren de alta velocidad en el País Vasco, más conocido como la ‘Y vasca' por la forma de su trayecto. Una obra ferroviaria de 4.100 millones que unirá las tres capitales vascas.

Tanto ETA como sus grupos de kale borroka ya han realizado 36 ataques y atentados contra las obras del AVE y las instalaciones de las empresas que las llevan a cabo. El último, este domingo, cuando la banda terrorista colocó cinco kilos de explosivos en la sede central de Construcciones Amenábar, en Zarautz (Guipúzcoa), una empresa que tiene adjudicado el tramo de 3,3 kilómetros de recorrido entre Aramaio y Mondragón.

Que ETA suba un peldaño en su escalada de violencia contra el AVE vasco es sólo cuestión de tiempo, explican a 20 minutos fuentes antiterroristas de la Guardia Civil. La Benemérita teme un atentado inmediato contra empresarios, técnicos, ingenieros o políticos relacionados con esta obra. "La amenaza se extiende desde los responsables de las contratas hasta los dirigentes de las diputaciones que aprobaron el trazado", explican las mismas fuentes.

Otro 'caso Lemóniz'

El objetivo es claro: "Atentar contra alguien con representatividad en las obras". Muchos directivos de las empresas concesionarias, así como empresarios y personal técnico, han tenido que solicitar servicios de vigilancia privada. Incluso hay quien no ha podido soportar la presión y ha abandonado las obras. Excavaciones Ugarte ya anunció el año pasado su desvinculación del proyecto.

ETA puede convertir la 'Y vasca' en otro caso Lemóniz, cuando la banda terrorista consiguió en los ochenta que Iberduero paralizara las obras de construcción de la central nuclear secuestrando y asesinando al ingeniero jefe de la central, José María Ryan.