Los representantes de varios colectivos sociales de la región imitaron ayer a los políticos. Es decir, hablaron mucho... cada uno de lo suyo, pero lo que es llegar a acuerdos, adoptar medidas y tomar decisiones, más bien poco.

La idea partió de Comisiones Obreras y logró reunir en Valladolid a 16 organizaciones de lo más variadas: defensores de los derechos de los gitanos y de los guardias civiles, de oenegés y consumidores, a los ecologistas, estudiantes, inmigrantes, actores, campesinos, jueces y vecinos.

En fin, celebraron su pequeño debate sobre el estado de la región, después de 25 años de autonomía. Y hubo datos reveladores: «En 1983 había 150.000 agricultores, hoy quedan 50.000», dijo su representante. «Las universidades siguen exportando talentos y no se ven como un derecho, sino como una fábrica de titulados», espetó el más joven.

«Hace falta más inspección de trabajo y mayor igualdad de género», comentó el anfitrión. «¡Habrá que ver si desaparecen las diputaciones, porque la organización más lógica del territorio son las comarcas!», dijo bien claro el representante de los vecinos.

«Los guardias civiles no tenemos derechos como cualquier otro trabajador», «en la Policía Nacional estamos orgullosos de que cada día haya más mujeres»... Y así intervinieron uno tras otro hasta que alguien se preguntó:

Al final, para la mayoría, el mejor avance social ha sido el Estatuto de Autonomía. Piden más a los políticos, pero ayer no hubo grandes propuestas. Si España es un país de pandereta, ¿Qué es Castilla y León? Alguno de los presentes dijo: «Turismo, tapas y restos de la PAC».

PARECE MENTIRA QUE A ESTAS ALTURAS...

«...Y a pesar de los avances a nivel nacional, en esta región sigamos sin tener una ley de parejas de hecho, cuando ya la hay en 11 autonomías. Y que siga habiendo homofobia en las escuelas y en la sociedad».

«... 7 de cada 10 gitanos mayores de 15 años no tengan estudios primarios. Que a un 25% no le guste que su hijo vaya a clase con ellos o que un 40% no los quiera como vecinos. Pero hay gitanos invisibles que son profesores, médicos y policías».

«... un colectivo como la Guardia Civil, que vela por los derechos de los ciudadanos, no tenga la opción de reivindicar los suyos o a tener sindicatos que velen por sus intereses como trabajadores, es lamentable».

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