Los vecinos del entorno de la planta de luz de Patraix vuelven a tener el miedo en el cuerpo. Una semana después de los actos que realizaron con motivo del aniversario de la explosión de la instalación, el presidente de Red Eléctrica, Luis Atienza, afirmó ayer que no contempla el cierre de la subestación y afirmó que en caso de traslado, sería el Ayuntamiento de Valencia el encargado de la financiación.

Además, el Concejal de Urbanismo, Jorge Bellver, se mostró pesimista al afirmar que su traslado «pasaba por un acuerdo entre las administraciones, pero Red Eléctrica, que depende del Ministerio de Industria, ha dicho que no tiene voluntad de llevar a cabo el cambio de sitio».

Además, fuentes municipales afirmaron que difícilmente el Consistorio puede costear esta instalación, ya que no está entre sus competencias. Además, recordaron que «el Ayuntamiento ya ha ofrecido el suelo necesario junto al Cementerio General para el traslado y es Red Eléctrica quien debe financiarlo con los recibos de luz, que es como paga todas estas instalaciones».

Por otra parte, Atienza auguró problemas de suministro eléctrico este verano si la planta sigue cerrada.

Así, según estas reacciones, parece complicado que pueda haber una solución feliz para los vecinos que se mostraron sorprendidos y decepcionados con la noticia. La portavoz de la asociación de vecinos de Favara comentó que «no nos lo esperábamos». Al mismo tiempo, recordaron que «el Ayuntamiento se compremetió ante todo el Pleno a cerrar y a trasladar la subestación; si no cumple habrá mentido».

De esta forma, todo indica que será la justicia quien tendrá la última palabra, puesto que Iberdrola y Red Eléctrica están pendientes de un recurso contra la orden de cierre dictada por el Ayuntamiento tras la explosión. Además, la alcaldesa, Rita Barberá, ya afirmó la semana pasada que no se reabrirá la subestación «salvo sentencia judicial».

Tres años de lucha vecinal

La subestación de Patraix entró en funcionamiento en marzo de 2005 y a partir de ahí es cuando comenzaron las protestas vecinales. Sin embargo, sus peticiones no han dado frutos. Lo único que han conseguido es que la cierren. Este hecho se llevó a cabo tras la explosión que se produjo el 15 de mayo de 2007 dentro de las instalaciones. Fue la propia alcaldesa la que decretó el cierre ese mismo día hasta hoy. Aún así, los vecinos siguen sin estar conformes y quieren que se la lleven de allí.

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