Cuando esta semana visitaba El Hormiguero, Karlie Kloss demostró por qué es una de las supermodelos más requeridas en la industria: no solo es que no cometa un error al desfilar, sino que su naturalidad y espontaneidad no le han hecho perder de vista ciertas cosas.

Por ejemplo, los traumas que ha pasado. Colocada al lado de Pablo Motos, el presentador apenas si le llegaba por los hombros, debido a los casi dos metros (1,90) que mide. Pero eso no significa que no sufriese por ello.

Kloss confesó haber sentido un enorme complejo por su altura, ya que en un solo verano llegó a crecer 15 cms. Y sin embargo, con una enorme sonrisa, rápidamente pasaba a decir que fue una gran ventaja cuando tenían que elegirla para los deportes, porque siempre era la primera.

Esa forma de darle la vuelta a las adversidades es lo que ha hecho que Kloss se haya convertido en un nombre indispensable en diversos ámbitos, llegando a estar en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo para la revista Time o, ahora, siendo portada de la revista Entrepreneur en una sucesión de las 100 mujeres más poderosas del planeta.

Cumplió 27 años el pasado 3 de agosto y ella, oriunda de Chicago, Illinois, está viviendo sin lugar a dudas el mejor momento de su vida desde que la descubriesen en un desfile benéfico en 2006.

Más tarde, desfiló para Calvin Klein. Aquello fue como meter óxido nitroso en su carrera, puesto que su agente no paraba de recibir llamadas: hizo hasta 64 apariciones en su primera semana de la moda. Hasta se permitió el lujo de abandonar Victoria's Secret en 2015.

No sorprende pues que acabase llegando a las pasarelas de firmas como Christian Dior o Versace, haya sido alrededor de 40 veces portada de las distintas ediciones de la revista Vogue o sea la imagen de marca de Adidas o Carolina Herrera, cuyo perfume Good Girl fue el que la trajo a nuestro país recientemente (junto al actor Ed Skrein, imagen de la fragancia masuclina, Bad Boy).

Pero incluso todo ello puede palidecer un poco ante sus otras actividades profesionales, porque es presentadora y productora de la temporada número 17 de un realityllamado Porject Runaway, así como empresaria y youtuber, pero, ante todo, es filántropa y CEO de Kode with Klossy.

En 2014, Karlie Kloss asistió a un curso de programación. Desde la primera clase se enamoró de la tecnología y en 2015 ya había fundado la empresa, que anima a mujeres de todo el mundo a programar y convertirse en líderes tecnológicas.

De hecho, en estos cuatro años de vida de Kode with Klossy destaca un proyecto anual que consiste en un campamento de dos semanas para niñas de entre 13 a 18 años y cuyo trabajo final es lanzar sus propias aplicaciones o páginas web.

Todo ello, la estadounidense, casada con Joshua Kushner —hermano del yerno y asesor de Donald Trump, Jared Kushner— se encarga de publicitarlo en sus canales, tanto en Instagram, donde la siguen cerca de 8,7 millones de personas o los casi 775.000 suscriptores a su canal de Youtube, Klossy.

En él sube vídeos que llegan a alcanzar las 2 millones de visualizaciones y en los que alterna contenido dedicado a sus viajes, sus recetas o su vida como supermodelo con contenido de programación.

Su progresión se augura sorprendente y estrotosférica, dado que no solo le acompaña la belleza que se le presupone a una estrella de las pasarelas, sino una inteligencia privilegiada que ella ha decidido focalizar en el mundo tecnológico.