Travis: "Hacer canciones sencillas es lo más difícil"

Travis es uno de los grupos más notables del actual pop británico. Sobre todo porque, después de cinco álbumes editados, siguen sonando frescos y atractivos, y siguen ofreciendo conciertos verdaderamente vibrantes. Su última entrega, The boy with no name, se publicó antes del verano pasado. Aprovechamos su gira española para hablar con Fran Healey.
La banda británica Travis.
La banda británica Travis.
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La banda británica Travis.

Vuestro nuevo disco lleva ya varios meses en la calle, ¿qué sensaciones tenéis al respecto?

La banda está ahora mismo en un momento fantástico. Creo que es un disco que va a durar en el tiempo, que es lo que siempre hemos pretendido. The man who sigue siendo un buen disco ahora mismo, y eso es lo que creo que va a pasar con The boy with no name. Parece algo obvio, pero pretendemos que nuestros discos tengan valor en sí mismos, al margen de las modas o de cualquier otro factor externo.

Creo que hemos hecho un buen disco y que la gente lo está apreciando. La reacción del público al disco y a nuestros conciertos está siendo muy buena. En los conciertos la gente nos pide los clásicos del grupo, pero también se saben ya las canciones nuevas, y eso para un grupo es muy importante. No puedes depender siempre de canciones que hiciste hace ocho o nueve años...

Después de más de una década tocando y haciendo discos, ¿cómo os enfrentáis a la grabación de un nuevo álbum? ¿Cómo evitáis la sensación de estar haciendo otra vez lo mismo?

Simplemente, estamos convencidos de que seguimos aprendiendo, de que seguimos teniendo muchas cosas que hacer y de que podemos crecer como banda todavía mucho más. Eso es esencial.

¿Y qué novedades hay en este álbum con respecto a los anteriores?

No es que haya grandes novedades, pero, por ejemplo, puedo decirte que en The boy with no name hemos ido más al grano con las melodías que en 12 memories, que tal vez era un disco más disperso, más de ambientes... En este hemos vuelto a ese tipo de sencillez muy a lo Paul McCartney, de canciones como Blackbird.

A veces la gente cree que hacer canciones sencillas y bonitas es lo más fácil, pero creo que no siempre es así. Ocurre como con el cine o el teatro. Estoy seguro de que para un autor es más fácil interpretar un drama que una comedia, por muy sencilla y fresca que ésta sea. Creo que es más difícil hacer una buena canción pop de tres minutos que un largo desarrollo instrumental.

Habéis tardado más de tres años en sacar el nuevo disco, ¿por qué tanto tiempo?

La verdad es que como banda necesitábamos un descanso. Estábamos tensando la cuerda hasta el punto de que estaba a punto de romperse. Necesitábamos un tiempo para descansar unos de otros, para recuperar el placer de hacer y grabar canciones. Desde hace mucho tiempo somos cuatro personas que realmente estamos muy a gusto juntos. Pero demasiado tiempo con las mismas personas, diciendo los mismos chistes y todo eso puede llegar a resultar aburrido y si eso pasa, es mejor encontrar la manera de reconducir la situación y tratar de descubrirnos unos a otros de nuevo.

¿En qué medida afectó el accidente de Neil Primrose, vuestro batería, al grupo?

Cuando pasa algo así -Primrose estuvo a punto de morir por un absurdo accidente en una piscina-, valoras las cosas de otra manera, y te influye en muchos aspectos de tu vida. Por supuesto, también nos influyó como grupo, en nuestras relaciones personales y en nuestra manera de hacer música. De hecho, creo que el hecho de que nuestro disco anterior sea seguramente el más oscuro de nuestra carrera está relacionado con eso. Mucha gente cree que ese disco es el mejor... yo no lo sé muy bien; supongo que es más maduro e intenso en cierto sentido.

En la promoción de aquel disco os manifestasteis en contra de la invasión de Irak, ¿creéis que los artistas deben implicarse en este tipo de asuntos?

Creo que cada uno debe hacer lo que crea que debe hacer... No somos un grupo político y, de hecho, nuestras letras, salvo muy contadas excepciones, apenas abordan ese tipo de cuestiones. Sin embargo, en ese momento éramos un centro de atención y creíamos que debíamos decir algo al respecto. Comprometerse es delicado, pero creo que es una cuestión de responsabilidad.

Recientemente has tenido tu primer hijo, ¿cómo afecta este tipo de circunstancias personales a alguien que escribe canciones?

De una manera muy patente, sobre todo cuando estamos de gira... realmente, le echo mucho de menos cada segundo que no estoy con él. La paternidad es algo formidable; te hace querer más, abarcar más... Creo que ser padre es la mejor canción que he escrito en mi vida. Las giras son ahora más duras. Los niños pequeños cambian cada día, y yo me pierdo muchos de esos cambios.

¿Influye eso en tu forma de escribir? ¿Qué otras cosas te sirven de inspiración?

Escribir es un proceso extraño, un proceso que en muchos aspectos escapa a mi control, y en ese sentido hay miles de cosas que de una manera u otra influyen en las canciones. Desde luego que experiencias tan potentes como la de ser padre influyen mucho, pero también lo puede hacer una mosca en el cristal de una ventana, los tacones de los zapatos de una chica sobre un charco o el cubo de la basura.

Habéis tocado frecuentemente en España, ¿qué podéis decirles a vuestros seguidores españoles?

Nos encanta tocar en España, porque la gente es muy entusiasta y encendida.

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