EE UU encubrió corrupción en Irak

  • Lo han denunciado dos ex altos funcionarios.
  • Cuando se supieron los hechos, se calificó como secreto de forma retroactiva para que no saliera a la luz.
La Administración de EEUU sabía de casos de corrupción
en el Gobierno de Irak el año pasado y no hizo nada para detenerlos, sino que intentó ocultarlos al Congreso, denunciaron este lunes dos ex altos funcionarios. "Los esfuerzos de la Embajada contra la corrupción, incluyendo su pieza central, la ahora extinta
Oficina de Supervisión y Transparencia (OAT en inglés), fueron poco más que una medida para disimular", dijo el ex juez estadounidense Arthur Brennan.

Brennan, que dirigió la OAT brevemente en 2007, hizo su denuncia ante el Comité de Política de la bancada demócrata en el Senado. Reveló que esa Oficina hizo en enero de 2007 un estudio sobre la corrupción en los 31 Ministerios iraquíes, que actualizó en julio, pero sobre el cual no recibió ninguna respuesta del Departamento de Estado.

Cuando el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara baja se interesó por él, el Departamento de Estado lo calificó como secreto de forma retroactiva para que no saliera a la luz, afirmó Brennan. También dijo que representantes del Departamento de Estado impidieron que un investigador de ese Comité se reuniera con representantes de la OAT en Bagdad, al que dijeron que estaban "muy ocupados".

Viendo películas

En realidad, se encontraban viendo películas en el ordenador porque no tenían nada qué hacer, después de que el primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki, eliminara la Comisión para la Integridad Pública de Irak (CPI, en inglés), una agencia de investigación interna, según dijo Brennan. La OAT fue creada principalmente para respaldar el trabajo de la CPI.

"La política del Departamento de Estado no sólo ha contradicho la misión anti-corrupción, sino que indirectamente ha contribuido a fomentar la corrupción y ha permitido que penetre los niveles más altos del Gobierno iraquí", señaló el ex juez de Nuevo Hampshire.

Tras Brennan, ocupó el cargo James Mattil, quien trabajó como jefe de personal de la OAT durante un año, hasta el pasado octubre. Mattil relató que la OAT informó al embajador de Estados Unidos en Bagdad, Ryan Crocker, de que Al-Maliki había lanzado "una campaña implacable durante 10 meses" para hacerse con el control de la CPI e impedir que investigara casos de corrupción dentro del Gobierno.

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