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Así que el dilema era triple –tráfico, aparcamiento y aceras– y tres fueron las alternativas que se ofrecieron desde el Consistorio. La primera apostaba por mantener las cosas como están, es decir, permanencia de dos carriles en el mismo sentido, aparcamiento a ambos lados y, eso sí, renovación total del pavimento de las aceras. La opción B significaba una apuesta por la comodidad de los vecinos y clientes: la supresión de uno de los carriles de circulación permitiría ensanchar las aceras hasta los 2,20 metros, una revolución en la vida cotidiana.

Pero esta alternativa es peligrosa en caso de colapso en el tráfico: un vehículo de emergencias no podría transitar por la vía y, además, el autobús urbano también tendría frecuentes problemas en su paso. Es más, un solo carril imposibilita el aparcamiento “en doble fila”, eso que nadie hacemos, salvo que necesitemos “parar sólo un momento”. Así que la tercera propuesta trataba de solventar todos los inconvenientes: dos carriles de circulación, aceras de 2,10 metros y una sola hilera de aparcamientos.

En sus intervenciones los

Finalmente se sometieron a votación las tres propuestas, recibiendo 6 y 20 votos la primera y segunda opción. La solución intermedia, la tercera, recibió un total de 50 votos, siendo de esa manera la alternativa que la empresa Aigües d'Elx se encargará de realizar a partir del próximo mes de julio. Desde luego, en esta ocasión no se podrá decir que ha sido una decisión impuesta.

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