Autobuses repletos, taxis prácticamente inexistentes, carreteras saturadas y miles de vizcaínos llegando tarde al curro. La jornada de paros puntuales de Bilbobus y Bizkaibus –los primeros paros han sido de 7.30 h a 9.30 h- ha dejado una larga lista de quejas de los usuarios habituales.

El caos por la huelga de los trabajadores de TCSA, la empresa que gestiona Bilbobus y parte de las líneas de Bizkaibus, fue más que evidente, a pesar de haber servicios mínimos, con un 30% de los servicios habituales.

Cada día, más 90.000 bilbaínos usan los Bilbobuses y otros 47.000 vizcaínos se valen de Bizkaibus. Y las horas de los paros, sin duda, son las más concurridas del día.

Las paradas y marquesinas se llenaron a primera hora. Aunque la mayoría de los usuarios conocían la convocatoria de huelga, confiaron en coger los autobuses dispuestos en los servicios mínimos. El primer problema, el derivado de la información en los paneles electrónicos de las paradas (TIPs) en el caso de Bilbobus. Marcaban los tiempos como un día normal, cuando el autobús pasó, definitivamente, más de 20 minutos después.

Y los buses, repletos como nunca, pasaron de largo muchas de las paradas ante la imposibilidad de transportar a más viajeros. Todo ello, ante la mirada atónita de los viajeros.

El taxi tampoco fue una opción. Las paradas estaban vacías y los teléfonos para solicitar un coche estaban colapsados. Muchos vizcaínos tuvieron que recurrir al coche privado, lo que provocó un notable incremento del tráfico y no pocos problemas en las carreteras. El resultado de la huelga terminó miles de trabajadores que llegaron tarde a su puesto.

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