El concejal de Servicios Públicos, José Luis Olivares, ha recordado que el chicle es "un material que tarda más de cinco años en degradarse del suelo y que provoca manchas en la vía pública dejando en mal estado los acerados y el pavimento de las carreteras".

El edil ha apuntado en un comunicado que "los chicles se han convertido desde hace tiempo en una fuente de contaminación y en la causa de infecciones estomacales y respiratorias, además de ocasionar daños a las calles, pavimentos, a la imagen de la ciudad y al medio ambiente".

En esta línea, ha manifestado que "hay estudios que exponen que en España se consume una media de tres kilos y medio de chicles y caramelos por habitante, un residuo difícil de reciclar quizás por no encontrar un recipiente apropiado para tirarlo o por falta de concienciación en esta materia".

Por eso en Cazorla, uno de los municipios más turísticos de la provincia, se ha optado por instalar una decena de recipientes en las principales calles de la ciudad, donde más afluencia de vecinos y visitantes concurren a diario, así como en los centros educativos y parques infantiles.

Estas pequeñas papeleras especiales están fabricadas en material de poliuretano-espuma y polipropileno con resistencia a la corrosión y al impacto muy alto, "con un llamativo colorido en el que se refleja mediante un pequeño panel una campaña de concienciación para tirar este tipo de residuos".

Los recipientes se han instalado en las plazas de Andalucía, Constitución, Santa María y Corredera, en el Parque del Santo Cristo, en los aledaños de los centros educativos San Isicio, Virgen de la Cabeza e IES Castillo de la Yedra, en el parque infantil de Ximenez Rada y en el Recinto Ferial.