Jugar a la consola y perder peso al mismo tiempo van a dejar de ser actividades incompatibles. Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica está desarrollando un juego interactivo de simulación aérea que combina el ejercicio físico con el ocio gracias a una plataforma con sensores que traduce el movimiento en órdenes para el vuelo virtual.

El proyecto, llamado Active Play, pretende luchar contra la obesidad infantil y juvenil, un problema cada vez más presente en la sociedad valenciana precisamente por el sedentarismo que fomentan los excesos de videojuegos y televisión.

En estos momentos, ya se ha desarrollado un prototipo con un escenario virtual que consiste en un simulador de vuelo en tres dimensiones que permite al usuario compartir sus sensaciones con otras personas en red, a modo de competición.

La plataforma registra movimientos como el giro del tronco, que se traduce en una rotación en el aire, o el pedaleo, cuya intensidad permite incrementar la velocidad en el simulador.

El mecanismo está pensado tanto para niños como para mayores. El director del proyecto, Javier Montesa, explica que el usuario, moviendo sus brazos como una mariposa, podrá controlar y orientar su vuelo virtual. Además, mientras esté haciendo ejercicio, podrá ver la velocidad a la que se desplaza y su consumo de calorías en tiempo real.

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