El debut de Triángulo de Amor Bizarro huele a carne joven, sabe a labios mordidos, a bocas hinchadas, a noche cargada de polución eléctrica, a complicidad vital, a provocación formal, a peligro controlado; es un disco que suena urgente y sexual, primario; un escupitinajo de rock canalla, un exabrupto resonante infectado de rabia y química.

Convertido en un auténtica referencia de la música electrónica más agitada y poderosa, colaborador en discos de Radio 4 o The Rapture, cotizado compositor para campañas publicitarias, James Murphy no deja de lado su carrera con LCD Soundsystem, y este año entrega un disco nuevamente impecable en la combinación de accesibles melodías pop e irresistible frenesí rítmico.

Sus raíces musicales siguen siendo bastante evidentes, pero, felizmente, los madrileños Fortune Tellers han dado un paso de gigante con este disco con respecto a su discreto mini álbum de debut. Ahora se muestran mucho más ambiciosos, personales y acertados en su recreación contemporánea de sonidos clásicos del pop de los últimos años sesenta, ganando también en intensidad y consistencia.

Supuestamente abanderados de la “Nu Rave”, los Klaxons entraban en el mercado discográfico como un elefante en una cacharrería, situándose en las portadas de todas las revistas. Tal vez no sea para tanto, pero lo cierto es que su disco de debut es enormemente resultón. Con una base rítmica poderosa, el álbum no se limita a seguir el catecismo de la música de baile, sino que se llena de guitarras afiladas, de cambios de velocidad y de arreglos imaginativos.

Dos años después de la separación de Mercromina, la banda comandada por Joaquín Pascual tras la separación de Surfin´ Bichos, el albaceteño presenta el primer disco de su nueva formación, con una evidente conexión con sus trabajos anteriores, pero también con sustanciales diferencias. Ahora, más que capas y capas de guitarras distorsionadas hay claridad, precisión y sutilidad en un disco eminentemente pop, intimista y recogido.