"Asunto: me he muerto", bajo este título, El País publica un reportaje sobre las empresas que se dedican a mandar correos electrónicos para anunciar un fallecimiento. Web como assetlock.net se encarga de recordar citas del día a día del difunto. "¿Quién no se ha preguntado alguna vez qué será de sus cosas cuando haya muerto? ¿Se acordarán de la cita del perro con el veterinario? ¿Regarán las plantas antes de que se sequen?.

Por una cuota anual cualquier persona puede dejar por escrito cuales son las instrucciones para después de su fallecimiento: "datos prácticos -contraseñas del banco y correos electrónicos-, requerimientos para su funeral, mails para sus seres queridos, o detalles tontos como la clave de la taquilla del gimnasio".

Cuando se ha elegido el contenido de los correos hay que nombrar a los receptores: son la persona o personas que comunicarán a la web que el usuario ha pasado a mejor vida: "Una vez que el cliente fallece, su cuenta es desbloqueada por los receptores, y las entradas que ha creado son enviadas a sus destinatarios junto con los mails y las cartas", explica Calvin Harris, un programador de 52 años, fundador y presidente de assetlock.ne.

 Una vida conectado a la web

No es la única web que se dedica a esto. Págimas webs como letterfrombeyond.com o mylastemail.com están pensadas para dejar mensajes. Otras como postexpression.com no sólo se preocupan por anunciar la muerte sino que tiene un área enfocada al más allá de la existencia virtual: "Hay una generación que no ha conocido su vida sin Internet.

La gente de esta generación envejece y muere dejando detrás sus redes, sus amigos online, sus comunidades, todas las evidencias de su vida conectado. Postexpression facilita el cierre de su existencia en la Red", aseguran sus creadores.