El semanario Spiegel estudia acciones legales contra los servicios de inteligencia alemanes (BND) tras revelarse que una de sus periodistas fue espiada por agentes de ese servicio durante seis meses, un caso sobre el que el presidente del BND, Ernst Uhrlau, se explica hoy ante una comisión parlamentaria.

Según las informaciones de Spiegel, el BND leyó secretamente la correspondencia electrónica que Susanne Koelbel, una curtida corresponsal de guerra de 42 años, mantuvo con un alto político afgano entre primeros de junio y finales de noviembre de 2006.

En un comunicado difundido hoy en Berlín, Spiegel anunció que tras analizar la situación y ante "este grave atropello a la libertad de prensa" se plantea presentar una demanda por las vías penal y constitucional.

El semanario calificó asimismo de "intolerable" que el BND espiraran la correspondencia de su corresponsal, después incluso de afirmar públicamente que hechos similares ocurridos en el pasado no volverían a repetirse.

Al parecer, Koelbl fue informada de esa intromisión en su correo electrónico por el propio Uhrlau, quien le pidió disculpas.

Programa troyano

Según el diario Die Welt, los servicios secretos recurrieron al uso de un programa "troyano" -que se introduce en el disco duro del ordenador de la víctima- para acceder a los correos electrónicos privados, de junio a noviembre de 2006.

La comisión de control parlamentario, que se reúne a puerta cerrada, ya abordó ayer esta cuestión y el vicepresidente del grupo parlamentario de Los Verdes, Hans-Christian Ströbele, afirmó que el asunto no se solucionará "sin consecuencias personales". Ya en 2006