Así se desprende de un estudio de la Universidad de Udine, en Italia, publicado en la revista Obstetrics and Gynecology. La razón, según dicha investigación, reside en que los componentes de estos nuevos anticonceptivos aumentan el nivel de una proteína inflamatoria relacionada con la enfermedad cardíaca llamada proteína C reactiva, o PCR.
La evidencia disponible sugiere que, a diferencias de las generaciones anteriores, las nuevas preparaciones aumentarían el riesgo de que el organismo produzca coágulos sanguíneos.
Para investigarlo, el equipo estudió a 77 usuarias de anticonceptivos orales de tercera generación y a 200 mujeres de la misma edad, pero que no utilizaban anticonceptivos orales.
Enfermedad asintomática
Los niveles de PCR "de alto riesgo de enfermedad cardiovascular" eran mucho más frecuentes en las usuarias de anticonceptivos que en el resto de las mujeres (el 27,3% y el 8,5%, respectivamente)", explicó la doctora Sabina Cauce, directora de la investigación.
"El estudio demostró que muchas usuarias de anticonceptivos orales que son jóvenes, están sanas y tienen un peso normal tienen altas concentraciones de PCR de alta sensibilidad y que, por lo tanto, tendrían mayor riesgo cardiovascular que las no-usuarias", escribieron los autores.
"Dado que esta enfermedad inflamatoria de bajo grado es asintomática, no se suele diagnosticar o investigar", concluyó el equipo.
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