La prohibición de extracción de moluscos decretada la pasada semana tenía carácter preventivo y respondía, tal y como explicó la propia consejera del ramo, Carmen Crespo, a la obligación de "controlar la seguridad alimentaria" en episodios "puntuales" que pueden afectar al litoral.

Los técnicos de la Consejería han trabajado durante todo el fin de semana para obtener diariamente muestras de las aguas afectadas que permitieran analizar la evolución de la bacteria. El resultado final ha sido de reapertura desde este lunes, 15 de julio, de todas las zonas de producción.

Esta decisión no supone el fin de los trabajo de inspección de la calidad de las aguas, han indicado desde la Junta, asegurando que la Administración "continuará velando por la seguridad de los alimentos que se extraen del mar a través de los controles periódicos que se continuarán realizando en los diferentes caladeros".