La investigación del envenenamiento también ha comportado la denuncia al gestor del área de caza para criar y liberar perdices sin ningún tipo de autorización ni control sanitario, han informado los agentes rurales este martes en un comunicado.
En el registro del vehículo del hombre denunciado por colocar el veneno se han localizado otros cebos y también más trampas prohibidas para la captura de fauna.
Los agentes rurales están llevando a cabo servicios ininterrumpidos para recoger todo lo que sea posible, ya que se ha utilizado veneno de la máxima toxicidad y la fauna que pueda morir se convertirá en un nuevo cebo.
Se ha activado la unidad canina de detección de veneno, que es, según los agentes rurales, "una herramienta muy eficaz para prevenir y minimizar los efectos de este grave delito, sin duda el más grave detectado en Catalunya en los últimos años".
La zona donde se han producido las prácticas furtivas se encuentra dentro del espacio protegido Valls del Sió-Llobregós, y en ella hay una abundante población de milano real, una especie en peligro de extinción en Catalunya.
Además de las posibles sanciones administrativas y penales de los hechos, también puede comportar la suspensión de la actividad cinegética durante varios años como medida recuperadora y compensatoria del entorno afectado.
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