El Museo Goya de Fundación Ibercaja exhibe el cuadro 'San Agustín' del pintor de Fuendetodos

  • El Museo Goya de Fundación Ibercaja exhibe desde este miércoles el cuadro 'San Agustín', pintado por Francisco de Goya entre 1796-1799, y que se incorpora al centro en cesión temporal en depósito procedente de una colección privada. La obra se ha ubicado en la sala donde se muestran el resto de trabajos de Goya, sumándose así a los lienzos y grabados que integran la colección permanente de la entidad.
Fundación Ibercaja ha presentado este miércoles el cuadro 'San Agustín' de Francisco de Goya que incorpora al Museo Goya gracias a una cesión temporal en depósito, procedente de una colección privada.
Fundación Ibercaja ha presentado este miércoles el cuadro 'San Agustín' de Francisco de Goya que incorpora al Museo Goya gracias a una cesión temporal en depósito, procedente de una colección privada.
EUROPA PRESS
Fundación Ibercaja ha presentado este miércoles el cuadro 'San Agustín' de Francisco de Goya que incorpora al Museo Goya gracias a una cesión temporal en depósito, procedente de una colección privada.

El director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo Escrig, y la directora del Museo Goya, Rosario Añaños, han dado a conocer la incorporación de este nuevo lienzo a la colección del centro, indicando que se ha cedido en un acuerdo "sin fecha de caducidad" y llegó "en perfecto estado".

Añaños ha detallado que la pieza es un óleo sobre lienzo de 190 por 115 centímetros que representa a San Agustín y forma parte de una serie en la que representó a los cuatro santos padres de la Iglesia Latina, que se completa con las obras San Ambrosio, actualmente en el Museo de Cleveland en EEUU; San Gregorio Magno, que se puede ver en el Museo del Romanticismo de Madrid; y San Jerónimo que, tras muchos años en una colección madrileña, se encuentra ahora en la Norton Simon Foundation en Los Ángeles.

La directora del museo ha resaltado, asimismo, que estas cuatro piezas son de análogas dimensiones y se caracterizan por el predominio de los tonos dorados y calientes. Cuando Goya pinta este cuadro, el genio de Fuendetodos "ya está en su plenitud", ya ha sido nombrado pintor de Corte y coincide en la época en que realiza los frescos de San Antonio de la Florida, el retrato de Jovellanos o el Prendimiento de la Catedral de Toledo.

San Agustín se representa en actitud de oración, su figura sobre un fondo oscuro y sin otros elementos, lo que hacen que la obra sea atemporal. Con la mirada hacia el cielo, la mano izquierda abierta y la derecha realizando anotaciones, se encuentra en actitud "dialéctica", como esperando la inspiración divina, ha comentado Añaños, para estimar que es "una obra de indudable calidad".

El director de la Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo Escrig, ha asegurado que es "un orgullo" exponer este cuadro para que los aragoneses puedan disfrutarlo en este museo, la puerta de entrada y "casa" de la obra de Goya en Aragón.

De hecho, con su incorporación, el museo cumple con su vocación de ser un espacio vivo, dedicado a facilitar el conocimiento y divulgación de la obra de Goya. Asimismo, Rodrigo Escrig ha confiado en que la presencia de este cuadro atraerá a más visitantes al Museo Goya.

EN LA SALA DE LOS GOYA

El público zaragozano y los visitantes del Museo Goya pueden contemplar desde esta misma tarde esta obra, que es la única que se mantiene en una colección privada ya que las otras tres de la serie están en otros museos.

San Agustín (354-430 d.C.) nació en Tagaste, Numidia, en el Imperio Romano, fue uno de los fundadores de la Iglesia Occidental y uno de los más influyentes teólogos que llegó a ser obispo de Hipona. En el cuadro aparece sedente, en actitud orante, tocado con miltra episcopal y cubierto por capa pluvial de tonalidades cálidas. Los colores de la pintura contrastan fuertemente con el fondo oscuro.

El santo está en actitud de oración, mirando al cielo y con una mano abierta, mientras que con la otra escribe en su libro. Está representado en actitud dialéctica y, aunque tiene el libro abierto y la pluma en la mano, fija su mirada en lo alto, requiriendo inspiración.

En esta serie está presente el recuerdo de las pechinas que pintó Goya para iglesias aragonesas en su juventud, como las de la cúpula de la ermita de Nuestra Señora de la Fuente de Muel, las de la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Remolinos o las pechinas de la cúpula de la Iglesia de San Juan el Real de Calatayud. Toda la serie podría estar inspirada en los santos San Isidoro y San Leandro, de Murillo, en la Catedral de Sevilla.

La pintura perteneció a la colección de Lucas Moreno, de París, de donde pasó a la de Eugenio Luis de Bayo, de Bilbao, y posteriormente a su actual propietario por línea sucesoria. Desde 1961 ha formado parte de varias exposiciones en Madrid, París, Lugano, Berlín y Zaragoza, en la muestra que se dedicó a Goya en 1992 en La Lonja, Torreón Fortea y Museo Pablo Gargallo.

AMPLÍAN LA PROPUESTA EXPOSITIVA

El cuadro, tras su llegada al museo, ha permanecido durante unos días en su embalaje para dar el tiempo necesario a su aclimatación. Posteriormente, se han realizado unos trabajos mínimos de adecuación para su colocación en la sala principal del museo.

Allí se puede contemplar junto a las obras del pintor propiedad de Fundación Ibercaja y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, que se exponen reunidas desde 2008 y que, desde la reordenación en 2015 de la colección, para presentarla como Museo Goya, ha supuesto un revulsivo para la oferta cultural de Zaragoza.

Desde entonces, el museo ha cubierto sus expectativas de ser la casa de Goya en Aragón y mostrar su figura y obra en su contexto cultural y artístico, con sus precedentes y sus consecuencias creativas hasta la actualidad, haciendo especial hincapié en los grandes artistas aragoneses contemporáneos que, constantemente, han regresado al maestro para inspirarse.

En este sentido, se han organizado exposiciones temporales vinculadas con el pintor de Fuendetodos, como la inaugurada la semana pasada 'El viaje del rey', que tiene como eje central el retrato de Fernando VII, procedente del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, y que se exhibe junto a otras obras de Goya, Miguel Parra, Vicente López y Marcelino Unceta, entre otras piezas, objetos y documentos.

Además, mejorar la colección permanente en las fórmulas que puedan plantearse es uno de los objetivos principales de este museo y que se está cumpliendo con cesiones como la presentada este miércoles.

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