La tradición del Orgullo es que primero va la protesta y luego la fiesta. Sin embargo, en esta edición casi todos coincidían en que la manifestación que precede al desfile de carrozas cobraba especial relevancia bajo el lema 'Ni Un Paso Atrás', que exhibía la segunda pancarta de cabecera y donde, a diferencia de otros años, no hubo ningún político, sólo mayores LGTB.Con el mensaje 'Mayores Sin Armarios: ¡Historia, Lucha y Memoria! Por una Ley LGTBI Estatal' por bandera, la manifestación arrancó desde Atocha pasadas las 18.30 horas, una vez los representantes de los diferentes grupos políticos concluyeron sus correspondientes fotos y declaraciones dando cuenta de su apoyo en el día grande del Orgullo.Entre las batucadas estaba Pilar, una mujer de 75 años que desde los últimos seis dice en público que es lesbiana. "Antes daba apuro; entre la familia, los amigos… pero ya se acabó, todo el mundo sabe lo que pienso y lo que hago", dijo emocionada. "La gente está más concienciada de que esto ya es normal", añadió.Como ella, otros muchos mayores salieron hoy a la calle para decir bien alto lo que durante muchos años de su vida no pudieron. Es el caso de Manuel Martí que, con 64 años, portaba una bandera arcoíris en uno de los extremos del Paseo de Recoletos mientras pasaba la manifestación."Esto nos recuerda a los primeros que luchamos aquí. Yo me manifesté y ahora lo vuelvo a hacer por el peligro de que haya un retroceso", declaró. Cuenta que su padre era militar y su familia muy tradicional, lo que le hizo tener "muchos problemas" para ser visible como homosexual. "A mí me empujaron a salir del armario con 17 años", añadió.La primera manifestación del Orgullo en Madrid, organizada por el Frente de Liberación Homosexual de Castilla en 1978, reunió a 7.000 manifestantes que coreaban consignas contra la Ley de Peligrosidad Social, que encarceló a muchas personas por su orientación sexual.

"Están en peligro"

Sin embargo, en este Orgullo no sólo han salido las personas LGTB. Antonio, que nació en 1956, aseguró es "la segunda vez" que viene a esta manifestación. "Están en peligro sus derechos porque hay mucha hipocresía y no les dejan vivir en paz; no era fácil en mi época manifestarse como persona LGTB", dijo.En aquella manifestación de 1978, las crónicas cuentan que partió a las siete en punto de la tarde de la calle O'Donnell, junto a la Torre de Valencia. Allí estaba Ramón Linaza, que hoy, 31 años más tarde, encabezó la manifestación del Orgullo 2019 junto a otros activistas reconocidos como Boti García, Jesús Generelo, Carla Antonelli o Uge Sangil, actual presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb).Junto a ellos desfiló este sábado el colectivo de la discapacidad, que tuvo una fuerte presencia gracias al Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) y la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe), que marcharon para visibilizar a las personas LGTB con discapacidad.

Ciudadanos, rodeado de Policía

Aunque la manifestación discurrió sin ningún altercado de relevancia, la delegación de Ciudadanos marchó rodeada de un importante dispositivo de seguridad con cuatro furgonetas de la Policía Nacional frente a su pancarta. Este año la organización les impidió llevar carroza por haber llegado a acuerdos con Vox e impidió a la vicealcaldesa, Begoña Villacís (Cs), subir al escenario instalado en Colón, donde finalizó la manifestación.