Ecuador ha denunciado que recientemente ha sufrido una nueva incursión ilegal, aparentemente involuntaria, de una aeronave militar de Colombia, por lo que analizará las consecuencias políticas y diplomáticas del incidente, informó el miércoles el subsecretario de Defensa, Miguel Carvajal.

La supuesta violación aérea se produce en momentos que Quito y Bogotá enfrentan tensiones diplomáticas después que aeronaves y militares colombianos traspasaran el pasado 1 de marzo el territorio ecuatoriano para destruir un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En esa operación falleció el considerado número dos de las FARC, 'Raúl Reyes', así como un ciudadano ecuatoriano vinculado a la guerrilla.

"Tenemos la información que un helicóptero artillado de las fuerzas de Colombia traspasó la línea fronteriza internacional e incursionó aproximadamente unos tres kilómetros en espacio aéreo ecuatoriano," dijo Carvajal. Dicha incursión se produjo en el sector de Tobar Donoso, en la provincia fronteriza de Carchi.

"Fue detectado por sistema de defensa antiaéreo y se tomaron las medidas del caso, se inscribe dentro de incidentes posibles dentro de la frontera. No nos olvidemos que hace unos días un helicóptero ecuatoriano se paso al lado de Colombia," agregó. Dicho incidente ocurrió el pasado día 1 de abril.

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, y altos mandos militares dijeron desconocer si se registró alguna incursión de un helicóptero colombiano a Ecuador como se denunció en Quito, pero señalaron que se indaga en la zona. "Mi General (comandante de las Fuerzas Militares, Freddy Padilla de León) ha estado confirmando, y hasta el momento no hay confirmación", dijo Uribe a periodistas.

Nueva cúpula militar

La información llega en un momento en el que el presidente ecuatoriano Rafael Correa analiza la renuncia, este miércoles, de la cúpula militar en rechazo a sus denuncias de que los organismos de inteligencia actuarían siguiendo intereses de Estados Unidos.

Ecuador y Colombia comparten una frontera de 600 kilómetros que se ha convertido en teatro de operaciones de grupos irregulares, pero ambos países chocan respecto a los mecanismos para estabilizar la zona, que es víctima de la pobreza y la falta de obras de infraestructura.