
Esta profesora, de 90 años, después de jubilarse en 1984, lleva ya 15 años dando clases en la Casa del Abuelo 'Esperanza Viva', en la localidad colombiana de Riohacha.
Todos sus alumnos viven en barrios marginales de la ciudad. Sus edades están comprendidas entre los 60 y los 83 años, y no saben leer ni escribir o lo poco que habían aprendido, están olvidándolo, según publica El Tiempo.
"Enseñar a personas de la tercera edad no es fácil, la mayoría son muy tercos", comenta la nonagenaria maestra.
Para Nicolasa Gómez la enseñanza es su vida. Por eso, continuará dando clases hasta que Dios se lo permita. Y es que a sus años, lo único que le nubla la memoria es recordar a sus jóvenes ex alumnos.
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