Tras el escándalo judicial que saltó a la luz con el caso de Mari Luz , la niña de Huelva cuyo cadáver fue hallado en la ría de Huelva el pasado 7 de marzo, un prófugo condenado hace un año por abusos a una adolescente lleva más de una semana en busca y captura. Se le acusa de merodear por las cercanías del domicilio de su víctima, de la que tiene una orden de alejamiento, según una información que recoge hoy el Diario de Mallorca.

A.L.Y fue condenado a dos años de cárcel y, al haber cumplido una parte de la pena impuesta, quedó en libertad. Ahora, está acusado de quebrantamiento de la orden de alejamiento que el juez le impuso, por lo que se enfrenta a un ingreso inmediato en prisión.

Según recoge el diario mallorquín, A.L.Y vive "en permanente tensión", ya que sabe que los agentes le siguen muy de cerca. "Me siento muy mal. Yo no soy ni un asesino ni un terrorista. No se pueden comparar estos hechos con el caso de Mari Luz. En mi caso no ha existido ningún error judicial", comenta el hombre.

"A finales de noviembre de 2007 tuve un juicio por abusos a una adolescente. Me declaré culpable por recomendación de mi abogado. Las partes llegaron a un acuerdo y el juez me dejó en libertad porque yo no suponía ningún riesgo ni peligro. "Ahora, a raíz de lo ocurrido en la península con la niña que apareció muerta, quieren meterme otra vez en la cárcel. Y lo que pasó en Huelva, fue allí. No todas las personas somos iguales. Yo no soy conflictivo ni peligroso ni violento. No se me puede comparar con el caso de Mari Luz", insiste el hombre.

Una vida nueva

"Al salir de prisión, hace unos cuatro meses, empecé una vida nueva. Me dictaron una orden de alejamiento de la niña pero no me indicaron en qué zona. Yo no sé dónde vive ella. Ahora, me acusan de acercarme a su domicilio y, por este motivo, no me han suspendido la pena", asegura este ciudadano originario de Colombia y en situación irregular en España. "Los padres de la niña dicen que en tres ocasiones he incumplido la orden de alejamiento, que es de una distancia de 500 metros. Pero eso no es cierto. A lo mejor lo que han visto ha sido mi coche, que está a nombre de mi mujer", añade el hombre.

"Estoy dispuesto a entregarme a la Justicia si me expulsan de España de forma inmediata, también me entregaría si tengo un juicio rápido por las denuncias de quebrantamiento y así poder demostrar mi inocencia", agrega.

"Estoy pagando por otro. No es justo que se me compare con el asesino de Mari Luz. Quiero llevar una vida normal, como un ciudadano corriente. En prisión no aprenderé nada bueno", incide el joven, que reconoce que el tiempo se le acaba y su situación es prácticamente insostenible. Cada día que pasa, la Policía está más cerca de dar con su paradero.

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