El perito, perteneciente al departamento de Biología del servicio de Criminalística de la Guardia Civil ha indicado que concretamente en el mango de las dos navajas se han encontrado material que concuerda con el perfil genético del acusado y su madre, así como del acusado y de la segunda víctima en la hoja de una de esas armas.

Igualmente, ha señalado que tras el correspondiente análisis se ha hallado perfil genético compatible con el encausado en la ropa de las víctimas. Además, ha detallado que rastros genéticos cuya coincidencia con J.A.P.B. es "indudable" han sido localizados en tres navajas así como en el pasillo, las paredes, las puertas y los suelos del lugar de los hechos.

POSIBLE ABOLICIÓN DE LA CAPACIDAD VOLITIVA

Por otra parte, ha expuesto su informe pericial una médico forense que se entrevistó con el acusado y que determinó que este presenta una anomalía o rasgos patológicos que afectan a su personalidad que unido a un consumo de drogas "podría verse abolida su capacidad volitiva y cognitiva", es decir, su capacidad de controlar sus actos y de entender lo que hace.

En este sentido, la perito, quien ha subrayado que esta conclusión se llegaría "si existe un consumo de drogas", ha indicado que el tener abolidas ambas capacidades no implicaría "alteraciones del pensamiento y que creyera como ciertas cosas que no son reales" así como "síntomas psicóticos" como pudieran ser alucinaciones.

De igual modo, ha señalado que el tener abolidas ambas capacidades supone una "alta probabilidad" de que se pueda perder el control y atacar con cierta "virulencia y brutalidad".

Con todo, la forense, a pregunta del Ministerio Fiscal, ha indicado que el acusado, en un primer momento, le indica que "no recuerda" lo que aconteció en el día de los hechos, si bien, posteriormente, va narrando estos acontecimientos "en un relato similar a lo que contó en sede policial".

PRESENCIA DE COCAÍNA

De otro lado, ha declarado una facultativa del Instituto Nacional de Toxicología quien ha explicado que al acusado se le hizo un análisis el 13 de diciembre de 2016 a las 13,45 horas de orina y de sangre -la comisión de los crímenes se sitúan entre las 23,00 horas del 11 de diciembre y las 9,15 horas del 12 de diciembre- que reflejaron que había metabolitos de cocaína en la sangre y el principio activo de la cocaína en la orina, lo que señala que esa sustancia estaba en proceso de expulsión y no estaría bajo los efectos de la cocaína entre doce y 24 horas antes del análisis.

Previamente, han presentado su informe pericial los forenses que han realizado la autopsia a los cuerpos de las fallecidas indicando las lesiones que presentaban y la causa de la muerte de éstas.

Cabe recordar que en esta causa, la Fiscalía reclama para el encausado una pena de 23 años de prisión por cada uno de los dos delitos de asesinato con la agravante de parentesco que le atribuye, si bien la defensa pide la libre absolución y sostiene la circunstancia eximente completa de drogadicción.