Hasta 4.400 toneladas de toallitas recogen las depuradoras del área metropolitana de Barcelona cada año

  • Estas toallitas o bastoncillos para los oídos llegan al sistema de saneamiento porque se tiran al inodoro y suponen un millón de euros en sobre costes en Catalunya.
  • La Generalitat lanza una campaña de concienciación bajo el eslógan 'Estem creant un monstre' (estamos creando un monstruo).
Toallitas húmedas en una depuradora
Toallitas húmedas en una depuradora
AYUNTAMIENTO DE BADALONA - Archivo
Toallitas húmedas en una depuradora

Las cifras son impactantes y se dan a conocer coincidiendo este miércoles con el Día Mundial del Medio Ambiente. Cada año, las depuradoras del área metropolitana de Barcelona recogen unas 4.400 toneladas de residuos sólidos, en su mayoría toallitas húmedas. Esto supone un kilo y medio de residuos sólidos por persona y año. En Manresa se recogieron 17 toneladas de estos materiales en 2017, 244 en Gavà-Viladecans y 247 en Lleida ese mismo año.

Estas toallitas o bastoncillos para los oídos llegan al sistema de saneamiento porque se tiran al inodoro y supone entre 500 y 1.000 millones de euros en sobre costes para la Unión Europea (UE) en datos de EurEau (la federación europea de asociaciones nacionales de servicios de agua) y un millón de euros para Catalunya en términos de gestión de las estaciones depuradoras, que se ven afectadas por estos residuos. Una depuradora que trabaje para una ciudad de unos 200.000 habitantes puede necesitar hasta 150.000 euros en arreglos derivados de la presencia de estos residuos.

Incluso las toallitas que se publicitan como biodegradables suponen un problema para el sistema de aguas residuales y para el medio ambiente si se tiran al WC, ha insistido el conseller de Territori i Sostenibilitat, Damià Calvet, en la presentación de la campaña de la Generalitat y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) con la que quieren apelar a la responsabilidad de los ciudadanos y modificar este mal hábito. "Queremos cortarlo de raíz", ha insistido Calvet, quien ha remarcado que "el wáter no es una papelera" y que estos residuos han de ir a la basura junto al resto de desperdicios sólidos.

En el momento en el que se lanzan al wáter, las toallitas pasan al sistema de alcantarillado, a los colectores en alta y a la depuradora. "En todo este camino ni se degradan ni se deshacen, y se mezclan con las aguas residuales", ha dicho Calvet. A su paso por estas infraestructuras generan fatbergs (masas compactas de estos materiales mezclados con aceites y otras sustancias) que a su vez causan tapones y averías en la red de saneamiento que suponen sobre costes.

La campaña informativa de la Generalitat tiene como eslogan Estem creant un monstre y está presupuestada en 1,5 millones de euros y lanzará un espot de televisión y para redes sociales y salas de cine este mes de junio y a principios de 2020.

Agbar actúa desde 2016

Aigües de Barcelona inició en 2016 la campaña Stop tovalloletes al vàter en cinco municipios del Baix Llobregat y, en un año, se pasó de 265,22 toneladas de residuos sólidos recogidos en los primeros 9 meses de 2016 en la depuradora de Gavà a 244 en el mismo periodo de 2017, un 8% menos.

En 2018, la acción se trasladó a Sant Adrià de Besòs, Santa Coloma de Gramenet y a los distritos de Sant Martí, Sant Andreu y Nou Barris. La tercera fase llegará en otoño a Montcada i Reixac y municipios de su entorno.

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