Aunque todo parezca muy similar, salvo las manos de Sonia Castedo que abrirán el camarín de la reliquia, la Romería de este año tendrá una particularidad: transcurrirá en parte entre zanjas y la maquinaria de avda. de Dénia.

Este año, el Ayuntamiento calcula reunir a unas 250.000 peronas en este recorrido que es el que reúne a más alicantinos al año. Atravesará la avenida de Dénia sin desviarse por ninguna calle, a pesar de las obras pero sin embargo, discurrirá por un lateral, esto es, por los carriles de servicio que se han habilitado para que circulen los coches a diario.

La romería partirá a las ocho de la mañana desde la Concatedral de San Nicolás. Allí, y en la puerta del Ayuntamiento, una hora antes se repartirán 15.000 cañas con romero para los peregrinos.

Durante el recorrido, la Asociación de Maestros de Pan y Dulces repartirán 1.800 kilos de rollitos y 1.500 litros de mistela, como es tradicional ya en esta romería.

En la avenida se reservará un carril para transporte urbano y vehículos de emergencia y, junto al hospital de Sant Joan, se ha habilitado también una gran parada de taxis. Además, 270 policías locales, 115 guardias civiles, 53 agentes de la Policía Nacional y 80 miembros de Protección Civil, Cruz Roja y bomberos velarán por la seguridad de los peregrinos.

Si llevas coche, cuidado

Desde las siete de la mañana y hasta las medianoche, la avenida de Dénia estará cerrada al tráfico y los vehículos se desviarán por la carretera de la Cantera (avda. Villajoyosa), avda. Condomina y Costa Blanca en sentido Valencia. Con destino Alicante, tendrán que desviarse por la Autovía.

Una estirpe de guardianes de la Reliquia

Eleuterio Llorca O'Connor ostenta un cargo muy especial: es uno de los guardianes de la Santa Faz cada vez que sale de su camarín.

Este honor se transmite de padres a hijos desde que su abuelo, Eleuterio Llorca Maissonave (sobrino de Eleuterio Maissonave), se convirtiera en custodio de la reliquia en 1885 por ser terrateniente de la huerta, ya que poseían fincas en Fabraquer y la Caseta Nova, en Sant Joan.

El honor pasó a su padre, después a su hermano y, finalmente, a él. A sus 83 años, ya no tiene tan buena salud como para ejercer; por ello hace ya cuatro o cinco años, su hijo Eleuterio Llorca es el nuevo custodio, junto con Salvador de Lacy Alberola, Marqués de Lacy.

Pero no se trata de una simple misión para el día de la Romería. Cada vez que la Reliquia sale del camarín, ellos tienen que estar presentes y, si una personalidad como el Rey quiere ver la Santa Faz, ellos también les acompañan y son los encargados de mostrarles la imagen.

Después de cinco siglos de historia, y de tantos milagros que se le atribuyen, no sólo los custodios la velan.

En la memoria coletiva figuran nombres como los de Vicente Rocamora o Navarro El Polsera, que salvaron la reliquia de los destrozos de la Guerra Civil y la pusieron a salvo en la Diputación hasta el fin de la guerra.