Glovo ha asegurado este lunes a través de un comunicado que el repartidor muerto el sábado por la noche atropellado por un camión de basura en la confluencia de Balmes con la Gran Via de Barcelona no era trabajador de la empresa y que "el hecho de que llevara una mochila de la compañía hace suponer que podría haber estado utilizando la cuenta de un tercero".

Aun así, Glovo asumirá los gastos equivalentes a los que hubiera cubierto el seguro privado de sus empleados.

La empresa ha explicado que la cesión de cuentas a terceras personas, "además de ser una práctica ilegal, dificulta que se pueda entregar el material didáctico en seguridad vial ofrecido normalmente a los 'riders'".

"Glovo ha puesto a disposición de los usuarios y establecimientos de la plataforma mecanismos para denunciar estos casos, tras lo cual se procede a una inmediata y permanente cancelación de la cuenta en cuestión", ha indicado la compañía de reparto.

Quemas, cortes de calles y lanzamientos de huevos y tomates han protagonizado este lunes la segunda concentración de repartidores de Glovo en Barcelona después del atropello. Ha sido una protesta incluso más tensa que la de este domingo -que también incluyó hogueras y vías cortadas- y que ha hecho necesaria la intervención de los Bomberos y los Mossos d'Esquadra.

Los trabajadores, alrededor de un centenar, se han vuelto a concentrar ante la sede de la compañía en la capital catalana en la calle Pujades, convocados por Riders por Derechos. Han llegado allí sobre las 12 horas, con la intención de entrar a la empresa para pedir "explicaciones", ha apuntado el portavoz de la plataforma, Dani Gutiérrez, pero se han encontrado las oficinas cerradas. Glovo, según ha afirmado Gutiérrez, les ha enviado un comunicado que señala que han cerrado en "señal de luto".

A pesar de que la concentración ha empezado sin incidentes, después de encontrarse que no podían acceder a la empresa, alrededor de las 13 horas, algunos 'riders' han prendido fuego a una de las mochilas de la compañía en el cruce entre Pujades y Àlaba, cosa que ha hecho que las dos calles hayan quedado cortadas. Unos minutos después también han quemado dos neumáticos en el mismo lugar, más mochilas y varias cajas.

Por otro lado, algunos de los manifestantes han lanzado huevos y tomates a la fachada de la sede de Glovo y después han llegado los Mossos, que han tenido que mediar para pacificar la situación.

También se han acercado hasta la concentración dos dotaciones de la Brigada Mòvil (Brimo), que no han intervenido, y una de los Bomberos, que ha apagado el fuego. Alrededor de las 13.30 horas la protesta se ha disuelto y la circulación ha recuperado la normalidad.

"Llevábamos tiempo diciendo que esto pasaría. No se entiende que una empresa de miles de repartidores dedique cero euros a prevención de riesgos laborales, cursos de formación en seguridad viaria e indumentaria de seguridad", ha apuntado el portavoz de Riders por Derechos, y ha añadido que los repartidores tienen que ir al límite para ganarse la vida.

Además, ha explicado que la plataforma se está planteando emprender acciones legales contra Glovo por el accidente y que sospechan que el 'rider' que murió el sábado no tenía papeles y estaba trabajando con una cuenta alquilada a otro trabajador.

Por otro lado, miembros del Asociación Autónoma de Riders han asegurado que la compañía les obliga a trabajar de una manera peligrosa porque "tienen que hacer malabares" para llegar a un objetivo y el sistema de la compañía les penaliza con menos horas de trabajo si no lo logran. También han criticado que los repartidores no tienen interlocutor con la compañía, a la cual se dirigen mediante correos electrónicos o un chat.

El despacho de abogados Colectivo Ronda, por su parte, ha criticado que los 'riders' no reciben suficiente formación en riesgos laborales porque son autónomos. Esto, ha apuntado el abogado Nicolás Alonso, hace que compañías como Glovo, Deliveroo, Stuart o Ubereats estén "exoneradas de cualquier obligación en materia preventiva, a pesar de que su actividad comporta "numerosos riesgos".

"Las empresas están sometiendo a los trabajadores a una situación de peligro constante. Si las cosas siguen así nos encontraremos cada vez más a menudo con sucesos de este tipo ", ha alertado, en referencia al accidente que el sábado acabó con la vida de un repartidor.