Sandra Gómez: "Es absurdo segregar toda la ciudad con carriles bici: apuesto por una València 30"

  • La candidata del PSOE a la Alcaldía de València aboga por un pacto de movilidad para sacarla "de la confrontación".
  • Asegura que la negociación del Botànic no influirá en el Ayuntamiento: "Quien saque un concejal más gobernará".
  • Anuncia reestructuraciones contra el atasco burocrático y en la red de líneas de la EMT, y un plan de vivienda.
  • "Estoy cansada de la política de poner a València en el mapa; prefiero poner a los barrios en el mapa de València".
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Gómez, durante la entrevista con 20 minutos.
Gómez, durante la entrevista con 20 minutos.
EDUARDO MANZANA
Gómez, durante la entrevista con 20 minutos.

A sus 33 años, Sandra Gómez López es la candidata más joven a la Alcaldía de València. Licenciada en Derecho y ADE, trabajó en varios bufetes de abogados. Militante socialista desde los 18 años, comenzó el mandato en 2015 como edil de Protección Ciudadana y después dio el salto a Economía y Turismo. También ha dirigido el área de Personas Mayores.

Las últimas encuestas publicadas anuncian un pulso entre usted y Ribó por la primera posición. ¿Qué sensaciones tiene?

Yo creo que al final reflejan que somos el partido que más capacidad de sumar ha tenido. El PSOE es un partido diverso, inclusivo, en el que diferentes identidades pueden sentirse cómodas y representadas. Personas que incluso en otros momentos electorales hayan optado por otras opciones y que hoy sienten que el Partido Socialista es su casa, porque es la casa de todos los que defienden la libertad de lo que cada uno quiera ser, la igualdad de oportunidades y el progreso de la ciudad. Creo que son los valores mayoritarios en los que la mayoría se siente representada. Por eso somos el partido que más apoyos está sumando en esta campaña.

¿Está el PSOE recuperando parte del electorado que perdió hace cuatro años?

Desde luego. Veníamos de muy lejos y ahora estamos muy cerca. Hemos trabajado duro para llegar hasta aquí. Cinco concejales hemos liderado las áreas más importantes de este ayuntamiento: Hacienda, Urbanismo, Desarrollo Económico, Protección Ciudadana… Ese buen trabajo ha hecho que a día de hoy estemos sumando muchas complicidades y la confianza mayoritaria de la gente. También hemos sido el partido que mejor está sabiendo transmitir un proyecto de futuro. No nos conformamos con que las cosas continúen como están ni con volver al pasado. Nosotros queremos una València que avanza sin dejar a nadie atrás, pero que avanza y progresa.

¿Cuál diría que es su principal diferencia con el alcalde?

Yo no me voy a comparar con nadie. Yo voy a decir qué ofrezco como Partido Socialista, no le voy a hacer la campaña a nadie. Ofrezco un nuevo PSOE siendo la alcaldesa de todos y todas, de los que me han votado, pero también de los que no. Que sepa articular un proyecto progresista, pero que sobre todo se caracterice por el trabajo, por el esfuerzo, porque además no crispe ni divida, sino que sea inclusivo, y donde la gran mayoría de la sociedad valenciana se sienta representada.

¿Cree que se puede beneficiar del efecto arrastre tras el triunfo de Pedro Sánchez?

Hemos demostrado como partido que cuando lideramos, las cosas funcionan mejor. Lo han demostrado Pedro Sánchez y Ximo Puig, porque la gente ha confiado mayoritariamente en ellos y por lo tanto eso es algo que también podemos replicar para el Ayuntamiento. Además, podemos aprovechar la oportunidad que supone tener un presidente del Gobierno socialista, una Generalitat socialista y una alcaldesa socialista de cara a cuestiones tan fundamentales como el contrato-programa, la condonación de la deuda de La Marina o el soterramiento de las vías del Parque Central o del Grao.

¿Teme cierta desmovilización respecto al 28-A?

Efectivamente tenemos que tener muy presente que se vota el día 26 de mayo y que las encuestas son encuestas.  Por tanto, necesitamos que la gran mayoría progresista salga a votar, porque sí que creo que somos mayoría quienes defendemos una sociedad abierta e inclusiva frente a las derechas, que a día de hoy están defendiendo un modelo de sociedad excluyente. Ya hemos escuchado al candidato de Vox decir que se va a llevar el Orgullo del centro o que hará esas famosas listas negras de personas que trabajan protegiendo a las mujeres víctimas de violencia de género. Lo que me sorprende es que tanto PP como Cs hayan transmitido que se sienten bien cómodos con ese tipo de pactos.

Gómez, durante la entrevista con 20 minutos.
Gómez, durante la entrevista con 20 minutos.

¿Cómo cree que ha funcionado el Govern de La Nau?

Teníamos un reto muy importante, que era sacar a València de una situación sinceramente ruinosa. Estaban arruinadas las cuentas públicas, las familias y el nombre y la reputación de València. Hemos trabajado duro, y en el PSOE nos hemos centrado en eso. Creo que lo hemos logrado. Pero ahora tenemos que mirar hacia el futuro y decidir adónde vamos. Y solo hay tres opciones: volver atrás, quedarnos parados o atascados, o elegir avanzar. El PSOE representa la opción que elige avanzar.

¿Por atascados se entiende seguir en la situación actual?

Claro. Y yo entiendo que el PSOE es la opción que elige avanzar.

¿Influirá la conformación del Consell en las negociaciones para un posible pacto municipal?

No.

No en lo que respecta al PSOE, pero ¿cree que otros partidos lo intentarán?

Quien saque un concejal más gobernará esta ciudad, faltaría más. Es absurdo plantear cualquier otro escenario. Es un no tajante y absoluto.

Pero sí parece claro que hay un impasse en las negociaciones del nuevo Botànic.

Creo que todos estamos muy centrados en campaña, que no es lo mismo. Todos estamos ayudando en la campaña municipal y por lo tanto es verdad que estamos en plena batalla electoral y los partidos están centrados en eso. Pero ya han tenido reuniones.

¿Cuáles son en su opinión los grandes retos pendientes de la ciudad?

València tiene ahora mismo una oportunidad de posicionarse como una ciudad que apuesta por un modelo económico sostenible e inteligente, en áreas tan importantes como la innovación. Barcelona ha dejado pasar ese tren y València sí que puede ejercer esa capitalidad mediterránea tan importante dentro del ámbito europeo. Pero tenemos que saber aprovechar la oportunidad, tener un liderazgo que tenga una ambición colectiva de progreso para esta ciudad, y ahí sí que voy a poner toda la carne en el asador. También hay cuestiones que tenemos que resolver: me niego a que en esta ciudad haya 1.200 mujeres que tengan órdenes de protección altas por ser víctimas de violencia de género. Voy a dedicar todos mis esfuerzos y recursos a que no haya ni una sola mujer que viva atrapada en ese infierno porque no tenga las oportunidades o los recursos suficientes para poder dar ese paso hacia adelante. El empleo es importantísimo. València es la gran ciudad que más empleo ha creado, pero tenemos el reto de seguir trabajando para que no haya personas desempleadas para las que pasan los meses e incluso los años sin que nadie les dé una oportunidad.

¿Cree que sigue habiendo una brecha entre la València del centro y la de los barrios en cuanto a dotaciones públicas?

Sin duda. Y ese es uno de mis grandes compromisos de campaña. Estoy cansada de esa política que quiere poner a València en el mapa. Yo prefiero la política que habla de poner a los barrios en el mapa de València y en eso me he centrado toda la campaña. Seré una alcaldesa que esté en los barrios, soy hija de familia trabajadora, de barrio, y ahí quiero estar, con mi gente, con los vecinos y vecinas y preocupándome de los problemas del día a día. No encerrada en un despacho, sino a pie de calle. De hecho, una de mis propuestas es atender una vez a la semana a los vecinos y vecinas en las dependencias municipales de los barrios.

Uno de los aspectos que más se critica tanto desde la oposición como desde el propio Gobierno municipal es la lentitud burocrática del Ayuntamiento. ¿Qué se puede hacer para acabar con ese problema?

Totalmente de acuerdo. Somos un ayuntamiento del siglo XIX en una sociedad del siglo XXI y eso hay que corregirlo. Se necesitan dos cosas: valentía y compromiso. Valentía para llevar a cabo los cambios necesarios dentro del Ayuntamiento y también compromiso para estar encima de esos cambios. Estoy convencida de que en esta ciudad hay multitud de iniciativas que llevan meses, incluso años, atascadas en el Ayuntamiento que, si hay un liderazgo fuerte dentro de la casa se pueden desatascar.

¿Y qué medidas concretas propone?

Una reestructuración administrativa. Es la gran tarea pendiente que tiene el Ayuntamiento.

¿Para eliminar trámites innecesarios o duplicidades?

Sobre todo para reforzar el tema de personal, que es importantísimo, y una reestructuración de la forma de funcionamiento de la casa.

Sobre movilidad, se ha hablado mucho de los carriles bici, pero el aspecto que afecta más al ciudadano es el transporte público y en concreto la EMT, que es la gran empresa pública municipal. ¿Qué medidas concretas plantea para mejorar su eficiencia?

No puedo estar más de acuerdo. Nosotros queremos caminar hacia un modelo de movilidad más sostenible y mi compromiso como alcaldesa es que la movilidad deje de estar en el terreno de la continua confrontación política. No estamos en ninguno de los dos extremos. Queremos llegar a un gran acuerdo y pacto de movilidad. Por eso, si soy alcaldesa, me comprometo a que el liderazgo lo llevemos desde el PSOE, porque es necesario aplicar una política del diálogo y del consenso. La gran estrella y el gran protagonista, porque creo que es lo más progresista, va a ser el transporte público, nuestra EMT. Al final es lo que conecta los barrios y lo que utiliza la gran diversidad de nuestra ciudad: desde los mayores a los pequeños, las familias, los trabajadores… Tiene mucho margen de mejora, que vendrá cuando consigamos el contrato-programa. También vendrá cuando fomentemos que la gente realmente use el transporte público, y por eso hemos aportado como propuesta el bono gratuito para menores de 25 años.

¿La mejora de frecuencias y la ampliación de líneas va entonces necesariamente ligada al contrato-programa con el Gobierno central?

No necesariamente. Queremos abordar una reestructuración y reforma por todas esas quejas que hoy existen en la EMT y queremos mejorar las líneas y las frecuencias. Ahora, es verdad que es determinante que venga el contrato-programa.

Respecto a la red ciclista, ¿apuesta por los carriles segregados?

No, apostamos por una València 30. Eso significa que hay mayor convivencia. Es absurdo segregar toda València con carriles bici como por ejemplo en la calle Ruzafa. Al final, tenemos que bajar la velocidad, lo que reduce la contaminación y el tráfico, y permite la convivencia entre todos. Si partimos de la premisa de que para circular con bicicleta es necesario sí o sí que haya un carril bici, acabaremos segregando todas las calles de València, y es absurdo. El carril bici tiene que estar en las grandes vías y en los espacios en los que se circula a 50 kilómetros por hora.

Y por lo que se refiere a los que ya se han hecho, ¿contempla alguna reversión?

No, no estamos con lo que propone el PP de revisar todos los carriles bici ni por imponer y continuar con esta dinámica. Me comprometo a fomentar el uso de la bicicleta y si hay alguna queja de alguno muy concreto a revisarlo junto con la Policía Local. Pero sí a terminar con esta dinámica de obras públicas.

Gómez, durante la entrevista con 20 minutos.
Gómez, durante la entrevista con 20 minutos.

¿Qué propone el PSPV en materia de impuestos? Los candidatos de centro-derecha prometen bajadas.

Lo único que demuestran es que no tienen un plan ni un modelo de ciudad, porque proponen lo mismo aquí que en Zamora: una bajada lineal del 10% para todo el mundo. Por cierto, no hay nada menos progresista. Nosotros proponemos un modelo justo de buena gestión que persiga el fraude fiscal y bonificaciones que puedan incentivar algunos sectores como la cultura, el agrario o el de la innovación. Al final, que nadie se equivoque: si reducimos impuestos eso significa peores servicios públicos. Es que no hay otra. No se puede hacer una reducción masiva de impuestos manteniendo la calidad de los servicios públicos. Es un tema bastante ideológico. O queremos unos buenos centros de día, centros de salud, institutos y colegios públicos, o queremos que quienes más tienen paguen menos. Las bajadas lineales para todos solo van en perjuicio de quienes menos tienen y benefician a quienes más tienen.

En cuanto a la vivienda, ¿apuestan por incentivar el alquiler o por construir nueva vivienda social?

Es el gran reto. Tenemos un plan para movilizar 4.500 viviendas tanto de protección oficial como de alquiler. ¿Cómo? Desarrollando el 30% de la vivienda de los PAI que sean de protección pública, y además desarrollando los solares públicos de Ciutat Vella para que sean de alquiler. Y ojo, la única subida de impuestos que proponemos será para los fondos de inversión que son grandes tenedores de vivienda (como la Sareb) que están paralizando pisos residenciales en el mercado y que por tanto si no los alquilan, los tendrán que pagar.

¿Se combinará la compra y el alquiler en esas 4.500 viviendas?

Ambas. Tanto de alquiler en espacios donde hay suelo público (Moreras, Ciutat Vella) como compra cuando pedimos a los promotores que el 30% se reserve para protección pública (Benimaclet, Grao, Cabanyal…).

El PSOE ha gestionado la Concejalía de Urbanismo estos cuatro años con una línea marcada hacia el desarrollo de la ciudad hacia adentro y no crecer más a costa de la huerta. ¿Ese modelo seguirá vigente?

Nosotros apostamos por un modelo de ciudad consolidado, no queremos crecer a costa de la huerta porque aún hay espacio. Tenemos el PAI del Grao por desarrollar, Moreras, Benimaclet… Entendemos que València no puede crecer a costa de su huerta, que es un patrimonio protegido.

¿Y respecto al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)?

La idea es modificarlo, es de 1989 y se tiene que adaptar a la nueva realidad de València.

¿En qué sentido?

Con la mejora de la ciudad, para que sea más sostenible, acercando servicios públicos a los barrios. Ese es el prisma de las ciudades del siglo XXI. Y desarrollando obviamente lo que queda: el soterramiento del Parque Central y otras cuestiones pendientes de nuestra geografía urbana que es importante abordar.

Comentaba antes la importancia de que coincida en las tres administraciones el mismo color político para conseguir cosas en Madrid. ¿Ve los grandes proyectos de València, principalmente el soterramiento ferroviario, factible a medio plazo?

Son grandes proyectos que obviamente no se van a resolver en unos meses, sino que son inversiones de una legislatura. Sí que hemos dado un paso decisivo gracias al Gobierno de Pedro Sánchez firmando el convenio del túnel pasante que da una proyección de un plazo medio razonable para resolver esa gran deuda que tiene el Gobierno con nuestra ciudad.

¿Puede explicar su propuesta de tasa turística ligada a las Fallas?

Ojo, la tasa turística la tiene que determinar la Generalitat. Eso que quede claro. Lo que hemos dicho es que, si finalmente se aprueba, lo que se recaude en marzo irá dirigido a los artistas falleros, que son al final los que hacen la mayor muestra de arte efímero del mundo, que son nuestras Fallas, y que tienen muchos problemas económicos.

¿Tiene alguna estimación de cuánto dinero puede suponer?

Aproximadamente un millón de euros.

¿Qué queda por hacer en el Cabanyal?

Son planes de desarrollo que no se van a llevar a cabo de un día para otro. Lo primero era determinar el plan para saber qué quiere ser el Cabanyal, y eso lo hemos resuelto esta legislatura con el Plan Cabanyal. El siguiente paso es su desarrollo con vivienda pública, dotaciones, centros de día, escoletes municipales, Universidad Popular… En fin, darle esos servicios públicos que permitan que vuelva a ser un barrio para los vecinos y vecinas. Dicho eso, yo creo que el Cabanyal ha pegado un gran cambio en estos últimos cuatro años. Yo soy de allí, lo he vivido y puedo garantizar que el deterioro no solo era urbano, era social, y poco a poco se ha ido revirtiendo. Ahora es un barrio en el que abren los comercios, la restauración, y está cogiendo muchísima vida. Las cuestiones sociales son más complejas de abordar.

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