El trasvase del Segre para llevar agua a las comarcas de Barcelona si persiste la sequía, ha provocado la segunda crisis en el Gobierno catalán tres semanas después de las elecciones generales.

La polémica ha alcanzado al Gobierno central después de que la vicepresidenta en funciones Maria Teresa Fernández de la Vega no avalara el pasado viernes el trasvase de agua que propone la conselleria de Medio Ambiente de la Generalitat liderada por Francesc Baltasar (Iniciativa per Catalunya).

Baltasar ha pedido una reunión con la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, para unificar una postura conjunta sobre este tema.

Gobierno dividido

El periódico La Vanguardia señala en su edición de hoy que el trasvase ha creado una división en el Gobierno catalán, por cuestiones territoriales. Tanto el republicano Jordi Ausàs, conseller de Governació, como el socialista Joaquin Llena, conseller de Agricultura, ambos leridano, expresaron sus reticencias al trasvase en la última reunión del Ejecutivo catalán.

Por su parte, El Periódico de Catalunya destaca la unidad del Gobierno ante la postura expresada por la ministra De la Vega y señalan como los consellers contrarios al trasvase reconocieron ayer, en especial Llena, que "no se puede dejar al 70% de la población sin agua".

Francesc Baltasar también matizó las duras acusaciones de deslealtad que lanzó el sábado contra el Gobierno central y ayer aseguró que la vicepresidenta "no nombró en ningún momento la palabra Segre" sino que se refería al trasvase del Ebro.