Jorge Baliña Sabucedo nació en Monforte de Lemos hace 40 años y es asesor de Seguridad de Naciones Unidas. Actualmente es el oficial de seguridad más condecorado de esta entidad.

¿Su cargo tiene mucha responsabilidad?

Siempre que hablas de tener en tus manos la vida de alguna persona hablas de mucha responsabilidad.

¿En cuántos países estuvo?

En muchos: Angola, Mozambique, Timor Oriental, Nepal, Nueva Jersey, Palestina,...

Seguro que tiene miles de anécdotas.

Las hay alegres y tristes y, por desgracia, estas son las que se quedan en la memoria. La mejor fue casarme en una misión de paz; la peor, una caída del helicóptero en Nepal.

Y además posee una familia muy peculiar.

Pues sí. Mi mujer es angoleña, mi primer hijo nació en Nueva Jersey, el segundo en Belén y el tercero en Vilagarcía. Y yo, que he nacido en Monforte.

¿En qué país de los que ha estado encontró más pobreza?

Creo que Nepal. Sobre todo porque ves a la gente resignada a un estatus social. Sabe que nace allí y que no tiene posibilidad de ascender.

Acostumbrado a las comodidades de España, ¿cómo se vive en países con tanta pobreza?

Siempre seguimos perteneciendo a la sociedad privilegiada. Estamos en tiendas de campaña o contenedores con todas las comodidades: acceso a agua, luz, nevera,... lujos para la zona en la que estamos. Es una manera de apreciar más las cosas que otros no tienen. De todos modos, estamos entrenados para sobrevivir.

¿Cuál ha sido la peor misión en la que ha participado?

Sin duda, Timor Oriental. La ocupación de los indonesios fue un auténtico asedio psicológico. Vi cómo cortaban a la gente a machetazos y llegué a llamar a mi padre para que se ocupase de mi familia.

¿Qué trabajos suele realizar?

Depende de la misión: protección, investigación, inteligencia... Ahora en Nepal hacemos una labor de inteligencia pues hay muchos grupos terroristas, la gente desaparece, es secuestrada y una mujer tiene el mismo valor que una moto de 125 c.c.

¿Cómo se plantea el futuro?

Quiero volver a España y establecerme antes del mes de agosto. Buscaré un trabajo como auditor de seguridad y seguiré con mi proyecto en la Fundación Let the Children be Children.

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