La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se desplegó este martes en torno a la Asamblea Nacional de Venezuela (Parlamento, de mayoría opositora), de cara al inicio de la sesión parlamentaria, limitando el acceso de los medios de comunicación, en el marco de la crisis política que sufre el país.

"Trabajadores de la Asamblea Nacional y periodistas nacionales y extranjeros no pueden entrar al Palacio Federal Legislativo por órdenes de la Guardia Nacional Bolivariana", denunció el propio Parlamento a través de su cuenta oficial en Twitter.

El nuevo comandante de la GNB, el coronel Jesús Casanova, habría dado órdenes de frenar el paso a los medios de comunicación y a los trabajadores que no posean la acreditación correspondiente. Al mismo tiempo, según el medios locales, simpatizantes 'chavistas' se concentraron en torno a la Asamblea Nacional y amenazaron y profirieron insultos contra los periodistas.

El Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Prensa (SNTP) confirmó que la GNB "niega el acceso a los periodistas acreditados", mientras que "colectivos en la zona amenazan con robar equipos de cobertura y transmisión". "Serían instrucciones 'de Casa Militar, de allá de Miraflores'", dijo el SNTP en Twitter, citando a un agente. El SNTP tachó el comportamiento de la GNB de "censura" y recordó al Gobierno de Nicolás Maduro que "el Estado está obligado a promover el ejercicio del derecho a la información".

No obstante, el autoproclamado "presidente encargado" de Venezuela, Juan Guaidó, logró acceder a la Asamblea Nacional, que este martes tenía previsto aprobar el "proyecto de acuerdo en rechazo al allanamiento de la inmunidad de manera inconstitucional contra diputados".

Guaidó se reunió dentro del edificio con varios embajadores y representantes consulares europeos, incluido el embajador español,  Jesús Silva, para conversar sobre el grupo internacional de contacto creado por la UE y que busca soluciones a la crisis que vive el país caribeño.

La crisis política en Venezuela se agravó el 10 de enero, cuando Maduro decidió iniciar un segundo mandato de seis años que no reconocen ni la oposición ni buena parte de la comunidad internacional porque consideran que las elecciones presidenciales del 20 de mayo fueron un fraude.

En respuesta, Guaidó se autoproclamó mandatario interino el 23 de enero con el objetivo de cesar la "usurpación", crear un gobierno de transición y celebrar "elecciones libres".

El 30 de abril, anunció el inicio de la 'Operación Libertad' para derrocar a Maduro, asegurando que contaba con el apoyo de "un grupo importante" de militares. Maduro ha dado por derrotada la "escaramuza golpista" y ha amenazado con acciones judiciales a los implicados.