El Gobierno andaluz legitima a Vox frente a Casado para sacar adelante los presupuestos

El presidente andaluz, Juanma Moreno, saluda al diputado de Vox, Francisco Serrano (i), al comienzo del pleno del Parlamento de Andalucía.
El presidente andaluz, Juanma Moreno, saluda al diputado de Vox, Francisco Serrano (i), al comienzo del pleno del Parlamento de Andalucía.
EFE/Julio Muñoz
El presidente andaluz, Juanma Moreno, saluda al diputado de Vox, Francisco Serrano (i), al comienzo del pleno del Parlamento de Andalucía.

La resaca de las pasadas elecciones generales no deja de poner en jaque al Gobierno andaluz. Si el mismo lunes 29 tanto el PP-A como Cs intentaban poner distancia con los resultados y blindar la "estabilidad" de la Junta, ahora es Vox quien tensa la cuerda y enfrenta a los populares andaluces con la dirección nacional de Génova.

Y es que la fuerza liderada por Santiago Abascal exigió este jueves al presidente del PP, Pablo Casado, que rectifique sus palabras de hace unos días, en las que tildó al partido de fuerza de "extrema derecha", como condición sine qua non para negociar los presupuestos de Andalucía de este año.

"No es razonable" sentarse a la mesa "con quien nos insulta", afirmó el portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández, quien aseguró que su exigencia no es "ni una rabieta ni una reacción desmesurada". Sus votos, cabe recordar, son imprescindibles para que las cuentas vean la luz, ya que los 47 escaños de los socios de Gobierno son insuficientes frente a los 50 del bloque de las izquierda.

El PP-A respondió, en palabras de su portavoz en la Cámara, José Antonio Nieto, que no consideran que Casado tenga que disculparse, criticando la "mandíbula de cristal" de Vox. Si bien unas horas más tarde, el propio portavoz de la Junta y consejero de Presidencia, Elías Bendodo, defendió la legitimidad de los de Abascal porque son "un partido serio con el que se puede hablar" y "tan legítimo" como el PP, Cs, PSOE o Podemos.

"El cambio tiene tres patas y tiene que seguir siendo así", señaló Bendodo en relación al acuerdo de investidura. Pidió también aislar la estabilidad del Gobierno de Andalucía de la "excitación parlamentaria y las declaraciones en campaña", y añadió: "Vox es al PP lo que Podemos es al PSOE".

En la misma línea se pronunció el vicepresidente de la Junta y líder de Cs en Andalucía, Juan Marín, que hasta ahora había procurado poner una distancia considerable con Vox. "No comparto en absoluto" las declaraciones de Casado, aseveró , señalando que "no se pueden mezclar" palabras como esas "cuando llegue el momento de hablar de presupuestos" en la comunidad. Insistió en que él "nunca" etiqueta "a nadie" -eso lo hacen los ciudadanos, dijo- y apostilló que el líder nacional del PP es el "responsable de lo que haya dicho". Sobre Vox, aseguró que es un partido que está en Parlamento andaluz "legítimamente" y, por lo tanto, la "obligación" de su formación es "hablar con ellos" de las cuentas, igual que lo harán "con el PSOE-A y con Adelante Andalucía".

Luz verde a la bajada fiscal

Y entre tantos "dimes y diretes" de los que Cs afirma que se quiere desmarcar, y tras la marejada causada por Vox a cuenta de las declaraciones de Casado, los de Abascal permitieron este jueves en el Parlamento andaluz que el decreto-ley sobre la bajada de impuestos en Andalucía viera la luz. Así lo aprobó el Pleno, con los votos a favor del PP-A, Cs y Vox y el rechazo del PSOE-A y Adelante Andalucía.

La formación de extrema derecha señaló que no se trata de una "revolución fiscal", como la calificó la Junta, sino una "venta de humo", que es "absolutamente insuficiente" y con "fines electoralistas". Pero pese a ello, emitieron su voto a favor -necesario para la aprobación del decreto- porque reduce impuestos, aunque sea de manera "levísima", y eso "beneficia".

"La derechita cobarde" en la región

El PSOE-A aseguró ayer que no cree que las "bravuconerías" que, a su juicio, caracterizan a Vox tengan "consecuencias" en relación a su apoyo a las iniciativas del Gobierno de la Junta, porque "se ha demostrado" que el partido de Santiago Abascal conforma "la derechita cobarde en Andalucía".

Así lo manifestó el portavoz socialista en el Parlamento, Mario Jiménez, que acusó a Vox de ser muy "dóciles" y "muy débiles en su relación con los fuertes", y de ser unos "corderos" en el Parlamento andaluz.

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