De hecho, según ha recordado Jiménez Güeto en ruefa de prensa, el uso religioso que justificaba la retirada de la celosía de madera que cubría el arco en cuestión fue uno de los aspectos positivos, para la mejor conservación del monumento, que destacó la Unesco en el dictamen que emitió en 2016, tras la consulta que le hizo la Junta respecto al proyecto del Cabildo de retirar la cesolía y abrir la segunda puerta y ante la oposición al mismo de la familia del arquitecto Rafael de La Hoz, que diseñó la celosía, instalada en los años 70 del pasado siglo.

Es decir, según ha subrayado el portavoz del Cabildo, "Rosa Aguilar fue muy escrupulosa y tomó todas las precauciones" antes de que Cultura diera el visto bueno al proyecto de la institución capitular, que "ha actuado siempre" en este asunto "con total claridad y transparencia, siguiendo estrictamente la legislación vigente".

Es más, según ha insistido Jiménez Güeto, el Cabildo y la Junta "cumplieron escrupulosamente con todos los procedimientos habidos y por haber" con respecto a un momumento que, precisamente, está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, institución que, conociendo las alegaciones en contra del proyecto de la familia De La Hoz, dio una respuesta "favorable" a que éste se llevara a cabo, como así ocurrió.

En cuanto a la pretensión del Cabildo de colocar algún tipo de puerta en el arco donde ahora solo hay una lona de plástico, para permitir su cerramiento y también el acceso de procesiones cuando sea preciso, Jiménez Güeto ha señalado que, por parte de "los técnicos", se sigue adelante con el proyecto, para buscar "la solución más adecuada".