Su perfil puede engañar a los que asocian esta técnica que algunos tildan de arte con un habitante de barrio pobre y con pocas alternativas de prosperar. El autor es un joven acomodado y con cierto poder adquisitivo, según Málaga Hoy.

Una de las incógnitas que más se cuestionaban las fuerzas de seguridad es el porqué de repetir siempre la misma firma, sin adjuntar dibujo alguno ni presumir de creativas dotes representativas, como es costumbre en el gremio. La razón radica en un amor no correspondido. Según la Policía, la exhibición reiterada de su firma la llevaba a cabo por despecho al ser abandonado por su pareja.

Ahora todo queda en manos de un juez, que tiene la denuncia policial y que tendrá que demostrar si todas las pintadas son obra suya, además del castigo que se le impone.