La Audiencia de Barcelona dará a conocer este lunes la sentencia del 'caso Maristas'

  • Joaquim Benítez se enfrenta a peticiones de 22 a 36 años de prisión por cometer abusos sexuales sobre al menos cuatro menores.
Joaquim Benítez, a la salida de la primera sesión del juicio del 'caso Maristas'.
Joaquim Benítez, a la salida de la primera sesión del juicio del 'caso Maristas'.
ACN
Joaquim Benítez, a la salida de la primera sesión del juicio del 'caso Maristas'.

La Audiencia de Barcelona dará a conocer este lunes la sentencia del 'caso Maristas'. Joaquim Benítez, ex profesor de educación física en el colegio de los Maristas de Sants-Les Corts, se enfrenta a peticiones de 22 a 36 años de cárcel por haber cometido abusos sexuales sobre al menos cuatro alumnos menores de edad entre los años 2006 y 2010.

Otras 13 denuncias contra él se archivaron porque los delitos ya habían prescrito. Durante el juicio, que tuvo lugar la última semana de marzo, Benítez aseguró que los Maristas sabían desde 1986 que había abusado de un menor, pero lo ampararon. La institución lo negó e insistió en que no tuvo ninguna constancia de los abusos hasta 2011. No avisaron a las familias porque los padres de una víctima pidieron discreción.

Benítez aseguró durante el juicio en la Audiencia Nacional que la dirección de los centros y el vicario provincial sabían desde 1986 que había abusado de un menor, ya que un padre de un ex alumno se había quejado. Aunque le hicieron una advertencia, no le denunciaron ni castigaron. Eso hizo que no tuviese "miedo" a represalias y que se sintiese "amparado" por la congregación religiosa, dijo el ex profesor, que admitió abusos a dos de las cuatro víctimas que le han podido llevar a juicio, a las que habría "engañado" para llevarlas a la litera de su despacho por supuestas lesiones y les habría realizado tocamientos y felaciones.

Ahora bien, Benítez reconoció a un periodista durante el juicio que había abusado sexualmente de una de las dos víctimas que había negado ante la Audiencia. El abogado del joven explicó al tribunal que el ex profesor envío un Whatsapp a un periodista de Cuatro donde decía que el joven había sido un alumno "ejemplar" y le pedía perdón. "Si algún día me perdona, que me lo diga", acababa el mensaje.

El letrado quería que se aportase como prueba contra el acusado, pero el tribunal lo rechazó porque ya se había acabado la fase de prueba. Instó al letrado a llevar el mensaje al juzgado de instrucción por si era necesario abrir una nueva causa por aquellos hechos.

En un comunicado, los Maristas acusaron a Benítez de "difamar" a la institución, y aseguraron que ningún director ni responsable de las escuelas recibió ninguna queja sobre conductas impropias relacionadas con el profesor hasta 2011.

Durante el juicio, la dirección de la escuela admitió que no comunicó a las familias de los alumnos que el profesor había abusado de un chico aquel año porque la familia de la víctima pidió discreción. Lo apartaron pero sin citar el motivo real.

Los Mossos d'Esquadra declararon que Benítez seguía "un patrón" y siempre llevaba a chicos de 13 o 14 años a su despacho, donde tenía una litera, con el pretexto de hacerles masajes porque tenían alguna lesión.

En su informe final, el fiscal le reprobó "la actitud" de la Fundació Champagnat, propietaria de la escuela Maristas Sants-Les Corts. A su parecer, tiene "una enorme responsabilidad moral" sobre los abusos sexuales cometidos por el ex profesor. "Si hubiesen actuado en 1986, no se habrían producido estos hechos", apuntó. Las víctimas declararon a puerta cerrada y con una mampara que les separaba del acusado. Además de las acusaciones particulares, también estaban personados en el caso la Generalitat y el Ajuntament de Barcelona.

La fiscalía pide 22 años de prisión para Benítez, la Generalitat pide 36 años y 4 meses de prisión mientras que el Ajuntament pide un total de 26. La Fundació Champagnat, propietaria de la escuela, no está acusada penalmente, y como mucho tendrá que responder civilmente de las indemnizaciones de forma subsidiaria.

Las víctimas han lamentado que en el banquillo de los acusados no hubiese ningún responsable de los Maristas. Al final de la declaración del acusado, su defensa pidió una pena de ocho años de prisión por dos delitos de abuso sexual, con el atenuante de dilaciones indebidas.

Ola de denuncias por abusos sexuales

Este fue el primer juicio en Cataluña por un gran escándalo de abusos sexuales a menores en entornos católicos, destapado en febrero de 2016, que originó una ola de denuncias similares en otras escuelas y que este 2019 ha desembocado en nuevas denuncias en otros colegios religiosos, iglesias y monasterios.

La primera denuncia contra este profesor la interpuso Manuel Barbero a finales de 2015, cuando su hijo, después de tiempo sufriendo en silencio, consiguió decir a sus padres que el profesor de educación física le había estado agrediendo sexualmente durante dos años, de 13 a 15.

A partir de aquí se destapó el escándalo, Manuel Barbero colgó carteles alrededor de la escuela denunciando la situación e instando a los afectados a explicarlo, y la publicación de la noticia en el diario 'El Periódico' hizo crecer la indignación general y generó debates políticos, mediáticos y educativos, reportajes, entrevistas y, más tarde, documentales y libros.

Recibió hasta 100 correos electrónicos de personas que le relataban historias de abusos sufridos por al menos 12 profesores más, además de Benítez, y un monitor, con un total de 43 denuncias de diferentes centros. Benítez acabó admitiendo buena parte de los hechos ante algunos periodistas y acabó en libertad provisional.

Benítez, que trabajó en los Maristas de 1976 a 2011, es el único de los 12 denunciados por este escándalo de pederastia que ha ido a juicio. Las denuncias al resto de docentes implicados, además de un monitor de comedor, se archivaron por la prescripción de los delitos. En total se presentaron 43 denuncias por parte de ex alumnos de los colegios Maristas Sants-Les Corts, La Immaculada y Badalona.

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