De la dimisión de Cifuentes al plantón de Garrido: el año convulso del PP de Madrid

Ángel Garrido e Ignacio Aguado durante la rueda de prensa.
Ángel Garrido e Ignacio Aguado durante la rueda de prensa.
Jesús Bartolomé / EFE
Ángel Garrido e Ignacio Aguado durante la rueda de prensa.

"Nadie se acuesta del Madrid y se levanta del Atleti". Estas palabras del presidente de la Comunidad de Madrid, Pedro Rollán, sirven para ilustrar la situación que atraviesa el Partido Popular de Madrid. La salida de Ángel Garrido a Ciudadanos ha sido solo una gota más. Y es que desde hace meses, el partido vive una situación muy delicada.

Las turbulencias empezaron hace un año. 365 días horribilis para la formación. El 25 de abril de 2018, Cristina Cifuentes dimitía como presidenta de la Comunidad después del escándalo del máster. Quien era una de las principiales figuras no solo a nivel regional, sino también nacional para Génova, se elevó como víctima de una "campaña de acoso y derribo", pero pasó a la historia de la política. Eso sí, tardó casi otro año en darse de baja del PP: entregó su carnet de militante el 1 de marzo de este año.

Pero no ha sido hasta el ciclo electoral cuando el partido ha sufrido los mayores golpes. Y los ha recibido desde Vox. Quien fuera una de las manos derechas de Esperanza Aguirre en el Ayuntamiento, Iñigo Henríquez de Luna, abandonó las filas populares "por no dar el perfil". Se suma a la candidatura de Rocio Monasterio. El mismo movimiento hizo un Fernando Martínez Vidal, conocido por haber creado el charrán como elemento representativo. Estos dos casos, en cambio, se dan después de que ambos se quedasen fuera de las candidaturas.

Relegado por Casado

Diferente es la actuación de Ángel Garrido, que había sido desplazado por Casado hacia las listas a las elecciones europeas, donde iba a ocupar el puesto cuatro. Ahora, cambia Génova por Alcalá. El número, trece en la candidatura, parece lo de menos: será fundamental en el equipo de Ignacio Aguado. Cabe recordar, además, que PP y Cs firmaron, con ellos al frente, medidas como los Presupuestos de la Comunidad.

Casado tuvo que elegir a la hora de hacer las candidaturas al Consistorio y a la Comunidad. Y no eligió a Garrido. En el binomio decidió mantener a Martínez-Almeída a nivel municipal y apostar por Isabel Díaz Ayuso, una candidata sin experiencia de gestión, para la Asamblea. Garrido, en ese contexto, quedó relegado.

Albert Rivera ha apostado todo a una política de fichajes llevada prácticamente al extremo. Con Garrido acaba por cerrar el círculo. Esto también tener un trasfondo para recuperar empuje en las encuestas, dado que son muchos los sondeos que pronostican un sorpasso de Vox a la formación naranja en la Comunidad.

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