Gatos callejeros sí, pero con un límite y atendidos y vigilados para que estén sanos y no transmitan enfermedades ni provoquen excesivas molestias. Esa es la filosofía del Ayuntamiento de Barcelona, que cada año esteriliza a más de 600, en el marco del programa de control de las colonias de estos animales en marcha desde 2002.

Esta cifra está recogida en una licitación que ha publicado el Consistorio para contratar por un importe de 42.402 euros en 12 meses el servicio de apoyo al punto de esterilización municipal del Viver de Tres Pins, que se encarga de esta tarea junto a tres entidades con las que el gobierno barcelonés tiene un convenio: la Plataforma Gatera, Progat y la Fundació Silvestre. Además, los datos anuales que ha facilitado el Ayuntamiento a 20minutos.es corroboran que los que pasan por este vivero situado en Montjuïc para evitar que tengan descendencia rondan los 600. El año pasado fueron 602; en 2017, 586; y en 2016, 688.

Entre entidades y Consistorio, señalan fuentes municipales, anualmente se esteriliza a unos 120 gatos por cada uno de los 10 distritos que existen en la ciudad, es decir, a 1.200.

Los datos del Ayuntamiento muestran, por otro lado, que en 2018 estaban contabilizadas 768 colonias controladas en Barcelona, las mismas que en 2017. En cuanto a los gatos que las integraban, eran 9.099 el año pasado, un 1,4% menos que el anterior (9.232).

De 2013 –primer año del que el gobierno municipal tiene cifras– a 2018, las colonias crecieron un 21,1%, de 634 a 768, y los animales que las formaban, un 7,3%, de 8.394 a 9.099.

Desde el Consistorio apuntan que entre los gatos callejeros los hay que antes no lo eran y fueron abandonados y también existen otros salvajes. Con el control de la población, por un lado, se "reducen los riesgos sanitarios, tanto para los animales como para los vecinos". Por el otro, se evitan "molestias" producidas, por ejemplo, "por orines, maullidos en periodos de celo o peleas".

En las colonias controladas, cuentan, además de esterilizarlos, se les hace una pequeña marca en la oreja para identificarlos, se les cuida y se les alimenta con pienso seco.

El Ayuntamiento pide a los barceloneses que no alimenten a los gatos callejeros para evitar "restos de comida que acaban ensuciando el entorno". También solicita que si los ciudadanos detectan colonias urbanas se lo comuniquen a través del teléfono 010 o bien llamen a entidades protectoras de animales.

Raquel Iglesias, portavoz del Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) en Barcelona, critica el trabajo del gobierno municipal en relación a las colonias controladas. Afirma que "cuando hay un problema desaparece" y que lo deja casi todo en manos de los voluntarios de las entidades, pese a que "la ley dice que la gestión de los gatos ferales es responsabilidad del Ayuntamiento".

Pone como ejemplo un caso que denunció la asociación Gats Lliures del Poblenou a principios de año. Entonces, las obras para construir un parque en Ca L'Aranyó destruyeron una colonia de gatos e hicieron desaparecer a algunos de sus miembros. El Consistorio, asegura Iglesias, a pesar de que prometió a la entidad habilitar otro lugar para los animales, con el fin de que no se vieran afectados por los trabajos, no lo hizo. "Te puedes imaginar el estrés emocional de los cuidadores", dice.

Acerca de que en Barcelona exista un programa de control de colonias y de que se esterilice a los gatos, la portavoz de PACMA afirma que lo apoyan. "Una pareja puede tener hasta 80 crías en un año. Si se prescindiera de la esterilización estaría toda la ciudad llena de gatos y se desbordarían las protectoras de animales", señala.

1.700 gatos son los que puede tener una sola gata de descendencia indirecta en solo tres años. Lo afirman desde el Consell de Col·legis Veterinaris de Catalunya (CCVC). Una gata engendra de tres a nueve gatitos en un mismo embarazo.

El Consell de Col·legis Veterinaris de Catalunya (CCVC) recomienda esterilizar también a los gatos domésticos para evitar la superpoblación y el abandono. Apunta, asimismo, que hacerlo alarga la vida de las mascotas, ya que reduce la posibilidad de desarrollar algunas enfermedades graves, como quistes o tumores.

Desde el Ayuntamiento, en relación a los gatos domésticos, recuerdan que deben estar identificados con un chip y una chapa e inscritos en el censo municipal.