Le estaba costando muchos problemas de salud y ahora ya puede respirar tranquila y aliviada. Lucía Bosé ha sido absuelta en el juicio por la apropiación indebida y venta de un Picasso.

La matriarca había sido demandada por las sobrinas de la Tata, quien fuera trabajadora de hogar para Lucía Bosé, alegando que se había quedado un cuadro que el pintor malagueño, en una de sus múltiples visitas a Luis María Dominguín, dio a su tía.

Se trataba de La chumbera, un dibujo a lápiz sobre papel en el que Pablo Picasso había escrito la fecha, "16-2-63", y "para Reme", el verdadero nombre de quien acabó siendo mano derecha de la italiana y que trabajó para la familia 50 años.

Fue un obsequio para agradecerle a Remedios, por entonces niñera, que le hubiera hecho churros por las mañanas los tres meses que estuvieron los hijos de la actriz y del torero en casa del pintor.

"Cuando volvimos, nos recibió en su estudio. Y a la Tata le dio un dibujito en el que le nombraba la churrera mayor por hacerle churros por la mañana", narró en el juicio, alegando que ella y Dominguín habían ido a Latinoamérica tres meses a una turné de toros.

La matriarca del clan Bosé se había atenido a su versión de los hechos en todo momento ante la demanda de la Fiscalía: a la Tata no le gustaba el dibujo y se lo había acabado regalando.

"Me lo regaló. No le gustaba. Ni lo tocó. Ésta es la historia del dibujo. Estuvo expuesto en muchos países y nunca lo reclamaron", fueron sus palabras cuando le llegó el turno para testificar. Por otra parte, su hijo, Miguel Bosé, se acogió a su derecho a no declarar.

Al autor de Amante bandido se le ha permitido pues la ley ampara este derecho cuando se trata de familiares directos. En la videoconferencia, puesto que él se encuentra en México, dejó constancia de su decisión.

La sobrinas de la Tata, ya fallecida, reclamaban además que ellas no percibieron nada de dinero de la venta del cuadro, que Lucía subastó a través de la célebre casa Christie's británica hace años, el 25 de junio de 2008, para hacer frente a sus deudas.

La Fiscalía pedía en su demanda que Lucía Bosé indemnizara a las herederas de Remedios por el mismo importe por el que se vendió la obra, 198.607 euros, y dos años de cárcel.