El desorden ha llevado al Ayuntamiento a poner en marcha un proyecto cuyo fin es supervisar la actividad desarrollada en la capital a fin de «reorientar las políticas ambientales en función de lo que nos encontremos», explica la edil de Medio Ambiente, María Dolores de la Torre.

El primer paso será realizar un inventario de todos los negocios -a día de hoy no se sabe cuántos hay en la ciudad- estén donde estén y sin distinciones: bien sean carpinterías, tiendas de comestibles o ropa, restaurantes...

Para ello, la Concejalía de Medio Ambiente contratará a alumnos de Arquitectura técnica o FP que se encargarán de registrar los negocios sobre plano y calle por calle, así como su ubicación, funciones y si cumplen con la legalidad.

«Es un trabajo arduo que llevará tiempo, pero es la única forma que tenemos de controlar y velar por la actividad empresarial de la ciudad», añade la edil.

Hasta el momento, la única información que tenía el Consistorio de los negocios de la capital la obtenía a través de las licencias de apertura. Sabía lo que se inauguraba, pero no lo que desaparecía, pues «a veces no lo comunican», reconoce de la Torre.

Esa enorme base de datos servirá, entre otras cosas, para saber si hay zonas saturadas, cuáles contaminan más o comprobar si se respetan las normativas medioambientales.

Antecedentes en calle Elvira

Los inspectores comenzarán sus rondas en un mes por la zona centro, para después continuar por el resto de barrios. La información recopilada servirá para realizar el primer censo de negocios, algo que nunca se había hecho en la capital.

«Se hizo algo con los bares de calle Elvira en la década de los noventa, pero nada más», indica la edil. La actualización llega también al registro de datos en Medio Ambiente, cuyos funcionarios han comenzado a informatizar expedientes antiguos del área.