El deseo de poder "que desnaturaliza al ser humano", este fin de semana en el Bretón con 'El castigo sin venganza'

  • El escenario del teatro de Bretón de Logroño acoge este viernes y sábado, a partir de las 20,30 horas, la representación de 'El castigo sin venganza' de Lope de Vega y bajo la dirección de Helena Pimienta. Un drama de unos de los maestros del teatro universal en donde "el deseo y el ansia de poder desnaturaliza al ser humano".
El Castigo sin venganza
El Castigo sin venganza
EUROPA PRESS - Archivo
El Castigo sin venganza

Así lo han expresado este viernes los actores de la obra, Beatriz Arguello, Rafa Castejón y Joaquín Notario que llegan a la capital riojana con la Compañía Nacional de Teatro Clásico para interpretar la pieza fundamental de la tragedia clásica española del siglo de Oro escrita por Lope de Vega en 1631, a la edad de 69 años.

Una "tragedia de honor" que oculta una profunda reflexión sobre el poder, la justicia, la responsabilidad, el amor y el deseo, ambientado en el contexto político de las ciudades-estado enfrentadas en la convulsa Italia de finales del 'quattrocento'.

Se trata de una de las obras maestras de la literatura dramática universal que nos muestra nuevas facetas en cada relectura, en cada puesta en escena, "como un diamante que refleja en sus aristas un retrato íntimo de la sociedad de todas las épocas, con sus miedos, pulsiones, contradicciones y fantasmas".

UN TEXTO DRAMÁTICO "EXCEPCIONAL"

Un "texto dramático excepcional" en el que rezuman "el amor, la pasión, los celos, el adulterio, la traición y un sentido de la justicia frío y vengativo que resuelve el tremendo drama".

Todo gracias a un Lope "sórdido y sombrío, desaforado de pasión y con una sensibilidad absolutamente extraordinaria para narrar el descontrol de las pasiones humanas, lícitas o ilícitas".

La Compañía Nacional de Teatro Clásico ofrece así un texto "de gran complejidad", con una tragedia 'a la española' a pesar de que se proyecta en Italia y con sentimientos "muy humanos" en los que el espectador podrá conocer los entresijos de ciertas relaciones que están abocadas a un destino fatal".

Una versión "clara" que hace que "el público se meta en la obra desde el principio" y que realiza "un gran análisis psicológico de cada uno de los personajes" con el duque de Ferrara (Joaquín Notario), Casandra (Beatriz Arguello) y Rafa Castejón (Federico) como principales protagonistas.

Padre, madastra e hijo, respectivamente, viven una tragedia bajo la versión "esplendida y cruda" de Alvaro Tato quien potencia esa "emotividad indómita, además de trazar el desarrollo de un duque desalmado e hipócrita que utiliza lo religioso como coartada para satisfacer sus deseos sanguinarios y cuya dimensión espiritual adolece de una descarnada furia de venganza más propia del contexto de la 'omertá' mafiosa que de la piedad cristiana que dice profesar".

Todo ello aunado a un montaje "perfectamente precioso y sensible" en donde se podrá ver "un mundo de lealtades e infidelidades, en esa Italia de placeres nocturnos y teatraeles, de peligros bélicos y pasionales" en donde "se desarrolla el amor ilícito y adúltero, pero imposible de apagar del conde Federico con su madrastra Casandra, quizás el más trágico en el sentido clásico de los dramas de Lope".

UNA PASIÓN "SIN FRENO Y RAZÓN"

Una pasión "sin freno y razón" de los dos amantes que no pueden evitar "huir sin retorno hacia su propia destrucción y fatalidad y también en la sangrienta reparación del agraviado".

Una obra que se entiende en el contexto personal de Lope de Vega cuando escribió la obra que era "angustioso y muy lejano de lo que él había previsto para su vejez". Por un lado, se vio apartado del favor de Palacio que ya no pedía sus comedias sino de las generaciones de dramaturgos más jóvenes y, por otro lado, ya hace cierto tiempo que se percibe en sus escritos síntomas de querer dejar los escenarios. El texto se publicó por primera vez en Barcelona en una suelta de 1634.

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