Moria acoge historias, relatos, en definitiva, seres humanos. Es un campo de refugiados, pero no uno cualquiera. Se trata de un recinto en las que 8.000 personas viven en condiciones de hacinamiento muy preocupantes. Las ONG han llegado a calificar este campo, situado en la isla griega de Lesbos, como un "campo de concentración". Tras llamadas desesperadas de emergencia, la Agencia Europea de Derechos Fundamentales -dependiente de la UE- ha terminado por abrir los ojos, y el trabajo de la eurodiputada española Maite Pagaza y su equipo ha tenido mucho que ver.

Pagaza viajó hace semanas a Moria y acabó "horrorizada" con las condiciones de las familias refugiadas, por lo que envió una carta a la FRA (por sus siglas en inglés) denunciando la situación. Ahora ha obtenido respuesta. Desde la Agencia han desarrollado un análisis sobre el terreno y dispondrán de una nueva misión de ayuda esta primavera. "Ya estaban trabajando en ello, pero nuestro mensaje ha podido servir como acelerador", cuenta la eurodiputada a 20minutos.

La Agencia confirma "el hacinamiento, la falta de personal médico y trabajadores sociales, las prolongadas estancias en el centro que aumentan la vulnerabilidad de las personas, retos persistentes en relación a las condiciones materiales de recepción, y peligros específicos que enfrentan los niños".

Entre sus recomendaciones, un elemento básico: que los Estados (en este caso Grecia) se debe asegurarse adecuar el número de personas alojadas de acuerdo con su capacidad "para que las personas que llegan estén informadas, monitorizadas, registradas, se les provea de asistencia inmediata y referidas a los procedimientos relevantes a tiempo". "Esta es la manera de evitar el estrés generado por la vida en el campo, algo de lo que usted también alertaba en su escrito", señala la carta de los expertos en derechos fundamentales.

La FRA considera también que las condiciones en los centros griegos se sitúan "muy por debajo del mínimo de normas establecidas en la Directiva europea sobre condiciones de acogida". Los niños representan el grupo vulnerable mayor en las islas griegas. En febrero de 2019, el 31% de la población de solicitantes de asilo en las islas eran niños, un 18% no acompañados. "Enfrentar un riesgo agravado de abuso y violencia" es otro de los retos que se plantea la UE en el corto plazo.

En cuanto a las mujeres, especialmente vulnerables en estos centros, la Agencia destaca que "el hacinamiento en algunos puntos calientes -zonas que más volumen de refugiados acogen- griegos aumenta el riesgo de violencia sexual y de género de manera significativa". En la práctica, en la mayoría de los centros, las mujeres solteras no se alojan en zonas separadas.

En un contexto de discursos muy extremos respecto a la migración en la Unión Europea, Maite Pagaza trata de arrojar algo de luz. "Era muy grave y urgente porque había derechos fundamentales vulnerados", sostiene. En concreto, once de esos derechos están en peligro según la FRA. Pagaza quiere dejar un mensaje muy claro: "Es bueno que se vaya y se diga lo que hay porque puede llegar un momento en el que se opte por cerrar los ojos".

Igual que en situaciones de emergencia humanitaria, hay voces negacionistas, que en Europa además cada vez tienen mayor cabida. "Hay partidos y diputados que usan esta cuestión, mal resuelta, como arma política. Esta pobre gente son chivos expiatorios", expresa la diputada, antes de añadir que la UE está ante una oportunidad de "demostrar que puede hacer bien las cosas".

"Podemos ser sociedades mejores y estas personas nos pueden dar un gran ejemplo". En un marco de discursos políticos dispares y poca claridad, la eurodiputada española aboga por invertir las prioridades: "La humanidad nunca está de más. En el fondo de la política está el ser humano". Y cree que la solución es "asumible". Para Pagaza la salida pasa por una política "común", con soluciones a largo plazo. "¿Límites? Sí, pero dando seguridad", termina.